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El lugar es prácticamente terreno de nadie, en donde ingresan personas adictas que ensucian y escriben por el monumento y además es refugio de parejas que aprovechan la oscuridad y el monte, según indicaron los vecinos. Además, los terrenos contiguos no cuentan con calles y los lugareños utilizan el predio del monumento para la entrada y salida del lugar.
Wenceslao González adquirió una propiedad detrás del monumento y empezó a cercar el predio y generó todo tipo de suspicacias, de que estaba alambrando el sitio histórico y además fue cuestionado por usar el terreno como calle vecinal.
El intendente local, Teodosio Gómez (PLRA), reconoció que el terreno, de unas tres hectáreas, no está titulado y que la Comuna está abocada a realizar una mensura administrativa y judicial para que quede como predio municipal.