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El pastor católico sostuvo que nosotros somos los hijos de María y debemos vivir como tales y no con mentiras, malos tratos, injusticias, intrigas. Algunos, incluso, llegan al extremo de matar al hermano, dijo. Instó a desterrar esos antivalores y vivir como hijos de Dios.
En otro pasaje de su prédica, pidió a los padres que eduquen mejor a sus hijos con base en los valores cristianos en las propias casas. En ese sentido, indicó que muchos principios esenciales se perdieron en los hogares.
Dijo que este año de la familia se debe aprovechar y empezar a hacer bien las cosas. Agregó que debido a que muchas familias no cumplen el rol fundamental de educar y formar a los hijos, se desintegran, sufren permanentemente y nunca salen adelante.
Mons. Peralta dijo que una buena educación requiere de sacrificio y no darse el gusto con el pecado. Aquellos que se dieron el gusto y desobedecieron, ahora son unos verdaderos fracasados y ciudadanos mediocres, enfatizó el titular de la diócesis sanlorenzana.
Después de la misa se realizó la tradicional procesión de la sagrada imagen de la Virgen del Rosario por las calles del microcentro. Pese al intenso calor, cientos de devotos formaron parte de la caravana.