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El pastor de la diócesis serrana señaló: "Como pueblo tenemos que educarnos a hacer cada cosa en su lugar; los arroyos están para poder bañarnos y no para otras cosas".
Acotó que la consecuencia del mal uso de esa hermosa agua que Dios nos regala es que se convierte en un elemento peligroso para la salud, especialmente para los niños.
"La consigna es que mantengamos la naturaleza que Dios nos regaló: hermosa, atrayente, agradable y saludable para todos los seres que habitan, en especial en esta zona", insistió.
Tras la misa, la multitudinaria feligresía acompañó en caravana la procesión de la venerada imagen de Ñandejára Guasu, que se llevó a cabo por las principales calles de la ciudad de Piribebuy, uno de los principales puntos turísticas del país, que está ubicada a 73 kilómetros de Asunción, en el departamento de Cordillera.