Industrial Schroeder es uno de esos talleres que fabrican e instalan molinos de viento de una altura de 8 a 20 metros, con uno o dos cilindros de 4 a 6 pulgadas y con rueda de 2,6 a 4,5 metros de diámetro. Por año venden entre 100 y 150 molinos y el costo de cada uno va desde G. 7.000.000 a 25.000.000.
Las cajas de engranajes son fabricadas por Schroeder, son cajas cerradas (todos los rulemanes, bujes y engranajes corren en baño de aceite, SAE 40, 5 litros). La caja tiene 5 rulemanes (tres sobre el eje de rueda, el engranaje chico, y dos sobre el eje el grande). El molino tiene un sistema automático de freno a través de la cola y otro manual que permite operar desde el nivel del piso. La torre está construida con hierro ángulo y varillas APE. El aspa se fabrica con chapas galvanizadas que soportan la presión del viento.
El gerente de la firma, Elwin Schroeder, señaló que las ventas son casi exclusivamente a ganaderos chaqueños. La demanda regional es constante por el avance de la ganadería en los últimos años, por un lado, y por el otro, por la suba permanente del precio del combustible. El molino reemplaza al combustible por el viento, es una fuente de energía gratis y limpia.
Además, el molino de viento tiene un mantenimiento relativamente bajo. Industrial Schroeder, con sus 15 empleados (casi la mitad son indígenas mecánicos), no solamente construye e instala estos molinos, sino los mantiene también si el ganadero lo requiere. Se debe controlar cada año el nivel de aceite de la caja y engrasar anualmente los alemites, frenar manualmente la rueda en caso de tormentas. El propietario debe controlar constantemente la válvula de retención del filtro en el tajamar para que esté siempre limpia y no caiga al fondo o toque los costados, porque si bombea barro puede causar grandes al aparato.