Cargando...
ENCARNACIÓN (Juan Augusto Roa). La pastera Alto Paraná, propiedad de la empresa chilena Arauco, acapara un tercio de las mejores tierras cultivables de la provincia de Misiones, había denunciado el diputado Escalada. La contaminación de las aguas del río Paraná no se produce solamente por el vertido de los restos del proceso químico que emplea la industria en la fabricación de la pasta celulosa y los tableros de mediana densidad (MDF por sus siglas en inglés que significan Medium Density Fibreboard), sino también por el masivo empleo de herbicidas en sus cultivares de pino.
Una investigación realizada por el periodista Hugo Kovalki, con la colaboración de un grupo ambientalista de Misiones, da cuenta de que la empresa en cuestión maneja un área de cultivo de unas 4.000 hectáreas de pino por año.
Durante los primeros tres años estos cultivos reciben al menos dos aplicaciones de herbicidas por año. Si este proceso se da durante los primeros tres años de vida de la planta, se tiene un total de 12.000 hectáreas anuales que deben recibir la aplicación de estos productos químicos.
Siguiendo el razonamiento, si se emplean 200 litros de agua mezclada con herbicida por hectárea, dos veces por año, se tienen 400 litros por año por hectárea, que se debe multiplicar por el total de 12.000 hectáreas de cultivos que deben ser fumigados todos los años.
De acuerdo a los cálculos, la cantidad de agua que contamina de manera directa por año es de 2.400.000 litros, sin contar el agua que contaminan cuando lavan los recipientes que utilizan para la aplicación, que es aproximadamente un 10% más, refirió el comunicador.
Estos productos altamente contaminantes llegan a los cursos hídricos, y finalmente a las aguas del río Paraná, un río internacional compartido por nuestro país y la Argentina.
En mayo de este año, los diputados de la provincia de Misiones María Lozada y Hugo Escalada solicitaron al Ejecutivo provincial un informe de la situación del impacto socioambiental provocado por la pastera. En la nota se consigna que desde la entrada en operaciones de la empresa, a mediados de los 90, se tienen vertidos millones de litros de productos químicos al suelo, pero no existe información cierta sobre el impacto que provoca este fenómeno en la biodiversidad y las poblaciones humanas.