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LOMA PLATA, Chaco (Marvin Duerksen, corresponsal). Estos flamencos fueron primeramente filmados y después censados, en el marco del Censo Nacional de Aves Acuáticas. La tarea fue realizada por Thomas y Sabine Vinke de Paraguay Salvaje, junto a la bióloga Dulcy Vázquez.
Estas aves migratorias suelen estar en las lagunas saladas del Chaco exclusivamente entre mayo y setiembre. Llegan desde las zonas andinas de Bolivia, en contrario a muchas otras aves acuáticas que migran en la primavera y vuelven en otoño a Norteamérica para pasar allí durante el verano norte hemisférico.
Sin duda, los “elegantes” y “orgullosos” flamencos son los animales más espléndidos y atractivos de las maravillosas lagunas saladas del Chaco, según señalaron los monitores. Las aves pasan la mayor parte del día en el agua, caminando coordinadamente con sus finas y largas patas, a un ritmo de movimientos uniformes con todo el grupo escudriñando el fondo con sus picos curvados y adaptados para filtrar y separar el barro de pequeños animales, como crustáceos, moscas, insectos acuáticos y caracoles.
En proporciones menores, su dieta además consiste en algas, organismos unicelulares, semillas y todo lo que pueda capturar en el agua salada. A pesar de lo diminuto que son los componentes de su dieta, estas grandes aves, de una altura de 110 a 150 centímetros, devoran diariamente una cantidad de alimento que corresponde a un 10 por ciento de su peso, es decir, unos 250 a 350 gramos.
Son aves que siempre viven en grandes bandadas y todos los individuos deben estar en perfectas condiciones de salud. Si alguno se lastima, queda separado del grupo.
Los hermosos flamencos se encuentran en la lista roja de los animales amenazados y bajo la protección internacional de CITES, debido a la destrucción y modificación de sus hábitats y el cambio climático. En Paraguay, afortunadamente, pueden invernar en un lugar tan maravilloso y cuidado como las lagunas saladas del Chaco, indicaron Thomas y Sabine Vinke.