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LUQUE (Gladys Villalba, corresponsal). Unos 102 voluntarios de la Fundación ImaHelps con sede en California, Estados Unidos, se encuentran en el país desde el viernes último, realizando atención médica y cirugías sin costo para pacientes de escasos recursos económicos. En cuatro días, más de 3.000 personas ya consultaron en las especialidades de cardiología, pediatría, ginecología, ortopedia, traumatología, oftalmología, odontología, clínica médica general, cirugía reconstructiva, oncología, gastroenterología, entre otras.
El servicio continúa hasta el viernes 3 de agosto.
Jeffrey Crider, encargado de Relaciones Públicas de la organización, manifestó que están sorprendidos por la cantidad de jóvenes y en otros casos adultos que perdieron parte de la pierna a causa de accidentes en motocicleta.
“El año pasado no trajimos prótesis de pierna para la misión en el Hospital Nacional de Itauguá, como este año. Los pacientes entran en silla de ruedas y salen caminando. Y es increíble ver la reacción de esa persona que pensó que nunca volvería a caminar; eso es satisfactorio”, dijo.
Desde su fundación, en el año 2000, ImaHelps atendió a más de 100.000 pacientes en varios países del mundo.
Jeffry Crider destacó la labor del especialista en prótesis Robert Openshaw, quien también forma parte de la ImaHelps. El médico elabora de forma artesanal prótesis para pierna, pies y otros.
En esta rama, el comunicador señaló que la mayor recompensa que pueden recibir es la sonrisa del paciente. “Devolvemos sonrisas”, aseguró. El costo de cada ortopedia oscila entre US$ 5.000 y US$. 10.000.
Uno de los casos más emotivos es de Pablo Reyes (71), de San Lorenzo. Recibió una prótesis de pierna, que le permitió caminar nuevamente con seguridad y comodidad. Perdió una de sus extremidades a raíz de la diabetes, hace tres años.
La fisioterapeuta norteamericana Gloria Reyes, junto a Openshaw, con una paciencia única, le enseñaron a don Pablo a caminar con su nueva pierna.
“Mil gracias a todos y que Dios les bendiga siempre. Gracias por atendernos a nosotros los pobres. Me siento muy feliz. Ya había perdido totalmente las esperanzas (de caminar sin muletas)”, expresó entre lágrimas de emoción don Pablo Reyes.