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El titular del directorio, Guillermo Caballero Vargas, resaltó que el crecimiento debe ir acompañado de obras de infraestructura, como el puente internacional y un puerto de aguas profundas.PILAR (Clide Noemí Martínez, corresponsal). Desde la crisis de los primeros años de esta década, la industria ha innovado con la incorporación de nuevos productos que tienen gran demanda en el mercado mundial. Guillermo Caballero Vargas manifestó que el 2010 ha sido un año fructífero y que ha marcado un gran crecimiento de las ventas de la empresa textil.
Instalada hace más de 80 años, es una de las pocas empresas textiles del mundo que han sobrevivido a las numerosas crisis que afectaron al sector durante las últimas décadas. Actualmente la fábrica de Pilar incrementa y diversifica su producción conquistando el mercado nacional y nuevos nichos internacionales.
El empresario textil afirmó que, últimamente, además del repunte en las ventas en el Paraguay, igualmente muestra un fortalecimiento de su presencia en el orbe, con exportaciones de tejidos y confecciones que en el 2010 llegarán a 17 millones de dólares.
Caballero Vargas significó que el crecimiento fue de 20% en volumen y alrededor de 40% en facturación.
"El 2009 cerramos con 9 millones de metros, mientras el 2010 cerrará con alrededor de 11 millones de metros y la proyección para el año siguiente orillaría los 13 millones de metros".
Indicó que esto implica un crecimiento importante, ya que se mantendrá un aumento del 15 a 20 por ciento anual. Dijo que la demanda actual de materia prima es de aproximadamente 15 mil toneladas de fibra y seguiría en aumento, acompañando el crecimiento de las ventas de MPSA. Subrayó que la industria textil será la locomotora del desarrollo de Pilar, fortaleciendo el crecimiento de otras industrias como las de confecciones y otros servicios.
Acuerdo con empresa
El directivo de la fábrica textil mencionó que se llegó a un acuerdo societario con una empresa brasileña para la fabricación de edredones. Para el efecto se ha instalado un equipamiento en la planta textil de Pilar. Dijo que la capacidad de producción actual del equipamiento es de 50 mil edredones anuales. Afirmó que para el próximo año se recibirán más equipos para duplicar o triplicar la producción. Con esta firma brasileña ya se han establecido acuerdos anteriores y la misma comercializaba sabanería paraguaya en el mercado del Brasil.
Para el empresario textil la inversión privada debe ir acompañada de obras de infraestructura del Gobierno nacional, fundamentalmente caminos pavimentados, un puente internacional y un puerto en la zona.
Caballero Vargas dijo que se debe acelerar la inversión, esto permitirá ingresar al mercado argentino de manera fluida y sin contratiempo. Actualmente los mejores mercados para los productos textiles paraguayos son Argentina y Brasil. En el 2010 por las ventas al Brasil se llegará aproximadamente a los 8 millones de dólares y en la Argentina ronda los 6 millones de la moneda estadounidense.
Los 80 años de historia
Paolo Federico Alberzoni, un empresario italiano que buscaba nuevos horizontes ante los vientos de guerra que soplaban en Europa y la cada vez más amenazante consolidación del fascismo en su país, eligió a Pilar como el lugar para hacer realidad su sueño. En 1929 instaló la usina y Manufactura de Paolo Federico Alberzoni, que inicialmente proveía de energía eléctrica a la capital del Ñeembucú para posteriormente elaborar hilos y tejidos destinados al mercado paraguayo.
La Guerra del Chaco, paradójicamente, dio gran impulso a la fábrica de Pilar. Las telas elaboradas en la planta industrial vistieron al Ejército paraguayo durante los tres años que duró la contienda bélica. Posteriormente, con la instalación de nuevos equipamientos, Pilar pasó a constituirse en un símbolo de la producción nacional, exportando sus tejidos de algodón a los países vecinos.
La industria creció e incorporó numerosos trabajadores, debiendo importar obreros cuando en Pilar ya no quedaba mano de obra disponible para llenar los cupos que requería la empresa en vertiginoso ascenso. En sus mejores épocas, el numero de trabajadores superaba las dos mil personas, impulsando la economía pilarense.
En la década de los 60, las telas japonesas iniciaron la competencia y posteriormente los chinos ingresaron agresivamente al mercado internacional con productos de inferior calidad, pero con precios extremadamente bajos. Además, la empresa textil superó numerosas situaciones de crisis, como las que originaron el fallecimiento de su fundador Paolo Federico Alberzoni y de su sucesor en el control de la industria, su sobrino Paolo Batista Alberzoni. La viuda de este último, Marianne Glass de Alberzoni, no resistió la presión de la competencia y la crisis del mercado internacional, decidiendo vender la industria que fue adquirida por el grupo empresarial liderado por Guillermo Caballero Vargas.
Durante la conducción de los actuales propietarios, la fábrica fue afectada por desastres naturales como las inundaciones de 1983, 1992 y 1998. Estas riadas pusieron a prueba la capacidad de la fábrica y de todo el pueblo pilarense para resistir ante los embates de la naturaleza.
Uno de los momentos críticos de su historia se dio a inicio de esta década con la caída de los mercados del Brasil y la Argentina, principales compradores de los productos nacionales en el mercado internacional. Las dificultades fueron superadas gracias al ingenio de los empresarios que incorporaron nuevos productos con mayor valor agregado y al sacrificio de sus obreros que renunciaron a parte de sus salarios hasta el final de la etapa crítica.
Instalada hace más de 80 años, es una de las pocas empresas textiles del mundo que han sobrevivido a las numerosas crisis que afectaron al sector durante las últimas décadas. Actualmente la fábrica de Pilar incrementa y diversifica su producción conquistando el mercado nacional y nuevos nichos internacionales.
El empresario textil afirmó que, últimamente, además del repunte en las ventas en el Paraguay, igualmente muestra un fortalecimiento de su presencia en el orbe, con exportaciones de tejidos y confecciones que en el 2010 llegarán a 17 millones de dólares.
Caballero Vargas significó que el crecimiento fue de 20% en volumen y alrededor de 40% en facturación.
"El 2009 cerramos con 9 millones de metros, mientras el 2010 cerrará con alrededor de 11 millones de metros y la proyección para el año siguiente orillaría los 13 millones de metros".
Indicó que esto implica un crecimiento importante, ya que se mantendrá un aumento del 15 a 20 por ciento anual. Dijo que la demanda actual de materia prima es de aproximadamente 15 mil toneladas de fibra y seguiría en aumento, acompañando el crecimiento de las ventas de MPSA. Subrayó que la industria textil será la locomotora del desarrollo de Pilar, fortaleciendo el crecimiento de otras industrias como las de confecciones y otros servicios.
Acuerdo con empresa
El directivo de la fábrica textil mencionó que se llegó a un acuerdo societario con una empresa brasileña para la fabricación de edredones. Para el efecto se ha instalado un equipamiento en la planta textil de Pilar. Dijo que la capacidad de producción actual del equipamiento es de 50 mil edredones anuales. Afirmó que para el próximo año se recibirán más equipos para duplicar o triplicar la producción. Con esta firma brasileña ya se han establecido acuerdos anteriores y la misma comercializaba sabanería paraguaya en el mercado del Brasil.
Para el empresario textil la inversión privada debe ir acompañada de obras de infraestructura del Gobierno nacional, fundamentalmente caminos pavimentados, un puente internacional y un puerto en la zona.
Caballero Vargas dijo que se debe acelerar la inversión, esto permitirá ingresar al mercado argentino de manera fluida y sin contratiempo. Actualmente los mejores mercados para los productos textiles paraguayos son Argentina y Brasil. En el 2010 por las ventas al Brasil se llegará aproximadamente a los 8 millones de dólares y en la Argentina ronda los 6 millones de la moneda estadounidense.
Los 80 años de historia
Paolo Federico Alberzoni, un empresario italiano que buscaba nuevos horizontes ante los vientos de guerra que soplaban en Europa y la cada vez más amenazante consolidación del fascismo en su país, eligió a Pilar como el lugar para hacer realidad su sueño. En 1929 instaló la usina y Manufactura de Paolo Federico Alberzoni, que inicialmente proveía de energía eléctrica a la capital del Ñeembucú para posteriormente elaborar hilos y tejidos destinados al mercado paraguayo.
La Guerra del Chaco, paradójicamente, dio gran impulso a la fábrica de Pilar. Las telas elaboradas en la planta industrial vistieron al Ejército paraguayo durante los tres años que duró la contienda bélica. Posteriormente, con la instalación de nuevos equipamientos, Pilar pasó a constituirse en un símbolo de la producción nacional, exportando sus tejidos de algodón a los países vecinos.
La industria creció e incorporó numerosos trabajadores, debiendo importar obreros cuando en Pilar ya no quedaba mano de obra disponible para llenar los cupos que requería la empresa en vertiginoso ascenso. En sus mejores épocas, el numero de trabajadores superaba las dos mil personas, impulsando la economía pilarense.
En la década de los 60, las telas japonesas iniciaron la competencia y posteriormente los chinos ingresaron agresivamente al mercado internacional con productos de inferior calidad, pero con precios extremadamente bajos. Además, la empresa textil superó numerosas situaciones de crisis, como las que originaron el fallecimiento de su fundador Paolo Federico Alberzoni y de su sucesor en el control de la industria, su sobrino Paolo Batista Alberzoni. La viuda de este último, Marianne Glass de Alberzoni, no resistió la presión de la competencia y la crisis del mercado internacional, decidiendo vender la industria que fue adquirida por el grupo empresarial liderado por Guillermo Caballero Vargas.
Durante la conducción de los actuales propietarios, la fábrica fue afectada por desastres naturales como las inundaciones de 1983, 1992 y 1998. Estas riadas pusieron a prueba la capacidad de la fábrica y de todo el pueblo pilarense para resistir ante los embates de la naturaleza.
Uno de los momentos críticos de su historia se dio a inicio de esta década con la caída de los mercados del Brasil y la Argentina, principales compradores de los productos nacionales en el mercado internacional. Las dificultades fueron superadas gracias al ingenio de los empresarios que incorporaron nuevos productos con mayor valor agregado y al sacrificio de sus obreros que renunciaron a parte de sus salarios hasta el final de la etapa crítica.