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PUERTO POLLO, distrito de Bahía Negra, departamento de Alto Paraguay (Carlos Almirón, corresponsal). En Puerto Pollo, ubicado a unos 5 km del área urbana de este distrito y a orillas del río Paraguay, se realizó la manifestación de la nación Yshir, perteneciente a la familia de los chamacocos.
Reclaman la devolución de unas 9.500 hectáreas de tierras ancestrales que hoy se encuentran en poder de ganaderos.
Precisamente, en Puerto Pollo, donde viven unas 15 familias yshir, pertenecería a un particular, que según los índigenas sería Blas Gadea Martínez, pero que nunca tomó posesión del sitio.
La otra fracción de terreno que reclaman es de unas 8.500 hectáreas, denominada Puerto Ramos, perteneciente a la empresa Para Verde SRL, cuyo representante legal sería un ciudadano de origen turco, a quien conocen con el apellido de Mustafá.
Según el abogado Ireneo Téllez, de la organización Tierra Viva, que asesora a estos indígenas, ya se procedió a presentar una denuncia ante la Fiscalía de Delitos Económicos, contra el Instituto Nacional de Desarrollo Rural y de las Tierras (Indert) y la Secretaría del Ambiente (Seam), por detectarse irregularidades en la titulación de estas tierras a favor de estos ganaderos, y por la licencia ambiental otorgada para deforestar bosques vírgenes de las tierras en conflicto.
El líder de la comunidad de Puerto Diana y concejal de Bahía Negra, Estanislao Báez, dijo que hace semanas el ingeniero Eladio García, director del parque nacional Río Verde, presentó ante la Comuna una propuesta para deforestar unas 4.000 hectáreas para incentivar la producción agropecuaria.
Buscando evitar un crimen ecológico, presentaron ante los organismos legales una acción de no innovar en la zona.
La nación de los Yshir, o chamacocos –como también se lo conoce–, está distribuida en unas 5 comunidades, que son: Puerto Diana (Porh Kac), Puerto Pollo, 14 de Mayo (Karcha Bahlut), Puerto Esperanza (Ynichta), y más hacia el sur, zona de Fuerte Olimpo, la comunidad de Virgen Santísima.
Está integrada por unos 3.000 habitantes. Son reconocidos por su laboriosidad.