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El fenómeno climático llegó acompañado de vientos moderadamente fuertes provenientes del este del país, pero que no representaron mucho peligro para la población local.
Los torrentes formados por la tormenta generaron la formación de caudalosos raudales que cubrieron numerosas viviendas del casco urbano de esta ciudad, dejando a sus moradores a la intemperie del agua.
Falta de ampliación
El sistema de desagüe pluvial, cuyo mantenimiento se encuentra a cargo de la ESSAP, cuenta con una antigüedad de más de 20 años y nunca ha sido sometido a una actualización de su estructura, así como también a una ampliación. Esto teniendo en cuenta que durante este tiempo el número de viviendas de la ciudad ha crecido el doble y la precaria red de drenaje no da abasto.
Tras cada temporal, la gente debe buscar la forma de discurrir el agua y hacen el esfuerzo para limpiar y abrir las basuras que se amontonan en las bocacalles con palas y azadas.