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SAN BERNARDINO, Dpto. de Cordillera (Desiré Cabrera, de nuestra redacción regional). Atribuyen esta situación a las diferentes características geomorfológicas existentes entre Areguá, Ypacaraí y San Bernardino, a las que se añaden el clima y el viento.
El director general de Digesa, ingeniero Luis Leguizamón, explicó que en las costas aregüeñas la profundidad del lago Ypacaraí es muy baja, por lo que los rayos solares alcanzan con facilidad a las algas cianobacterias, favoreciendo su floración y posterior propagación de toxinas que afectan a la salud humana.
Otro punto en contra es el sentido de los vientos que hace que los sedimentos se acumulen en mayor cantidad en las playas de Areguá.
No obstante, los controles se realizarán cada semana para evitar inconvenientes, informaron desde la oficina estatal de vigilancia.
Leguizamón dijo que las playas de Ypacaraí y San Bernardino presentan un bajo índice de contaminación por cianobacterias, muy por debajo del nivel que genera un riesgo para la salud.
Según el último informe de cantidad de coliformes fecales, los valores se encuentran entre 0 a 58 UFC/100 cc, bastante menor al rango <500 para que el uso de las aguas sea aceptable.
En cambio en Areguá las cianobacterias están en estado de floración por lo que no recomiendan su utilización para usos recreativos.
El último análisis realizado por Digesa en la zona arrojó los siguientes resultados: 312 células por mililitros (cél/ml) en el muelle de San Blas, 118 cél/ml en la playa Rotonda y 74 cél/ml en la playa Ciclovía.
Asimismo, en la Playa Municipal de Ypacaraí el nivel de cianobacterias es de 1.141 cél/ml.
De acuerdo con los parámetros de la Organización Mundial de la Salud (OMS), la cantidad de células por mililitro de cianobacterias aceptable para uso recreativo es de 20.000 cél/ml.
Según el ingeniero Leguizamón las playas de Areguá superan ampliamente estos valores.
A diferencia de la temporada de verano de 2013, en la que se identificaron unos once tipos de algas, este año constatan la presencia de solo un género de cianobacterias el Mycrocystis, explicó el experto.
Además, las lluvias y la limpieza del canal del río Salado contribuyeron para que las aguas del lago se regeneren, propiciando mayor biodiversidad y mejoramiento de las condiciones.
La doctora Inocencia Peralta, investigadora de la Universidad Nacional de Asunción (UNA), dijo que al lago sigue entrando alta concentración de nutrientes (fósforo y nitrógeno) que favorecen a las algas.