Mientras tanto, Sofía Alfonso de Brítez, quien tiene su local hasta hoy frente al mercado municipal (ruta II c/ Alberdi), indicó que quienes sobreviven en este emprendimiento quieren mantener la tradición del consumo del dulce, uno de los productos bien nuestros y de antaño.
Sin embargo, entiende que esas cosas no tiene en cuenta el Estado. Nosotros no podemos acceder a ningún tipo de crédito. Yo en mi caso particular, porque ya pasé los 65 años y de nada me sirven los antecedentes de 40 años trabajando con los bancos, sostuvo.
Agregó que varios otros productores no pueden acceder a prestamos, porque no ofrecen garantías, pues, no tienen ingresos seguros. Explicó que ante esta situación, no habrá alternativa.
Actualmente la situación no es muy buena y ya que no tenemos ni créditos, seguramente nos veremos obligados a ir cerrando nuestros negocios, indicó.
Paulatinamente logran forjar una imagen sólida y un desarrollo tanto estructuralmente como en su capacidad de producción.
Sofía informó que en su establecimiento el trabajo se realiza con mucha higiene y que sus dulces son sanos. Algunos eligen los productos más baratos y venden dulces que pueden dañar el estómago, principalmente de los niños. Pero nosotros cuidados todos los detalles, en cuanto a higiene, subrayó.