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Afirmó que logró superar lo vivido gracias a que se liberó de la carga luego de contarle todo a sus familiares y después de participar de un retiro espiritual.
No obstante, espera que la Iglesia Católica tome cartas en el asunto para evitar que otros niños y jóvenes sean víctimas de abusos y acosos sexuales de los religiosos.
El adolescente resolvió que no presentará una denuncia judicial contra el sacerdote, pero que espera que este se arrepienta y que no vuelva a abusar de ningún niño ni joven indefenso que se acerca a la Iglesia para practicar su fe y buscar orientación espiritual.
Por otro lado, sostuvo que le molestó la carta abierta que emitió Gustavo Ovelar –al igual que Francisco Bareiro– en la que ambos negaron las denuncias por acoso y abuso sexual que presentó un grupo de jóvenes.
Indicó que él no puede afirmar que los otros jóvenes realmente hayan sido víctimas de los sacerdotes, pero subrayó que con base en lo que él vivió esperaba que Gustavo Ovelar se arrepienta y que busque el perdón, pero salió a decir que se sentía agraviado por las publicaciones en los medios de prensa.
También recordó que veía hipocresía cuando el cura oficiaba la misa y hablaba de las enseñanzas cristianas, pero cada noche que le tocaba dormir en la casa parroquial intentaba abusar de él.