La preparación del chipá, una tradición que perdura

En miles de hogares del país se conserva intacta la tradición de elaboración del chipá en la Semana Santa. Sin embargo, parece más auténtica en el interior, aunque también el modernismo, la tecnología, ya desplazó a rústicos elementos como el mortero o el mismo tatakua.Bernardita Ruiz Díaz, hoy con residencia en Mariano Roque Alonso, dijo que sigue con el rito que heredó de su madre en Arroyos y Esteros.

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MARIANO ROQUE ALONSO (Cirilo Ibarra, corresponsal). El sonido del famoso ñembiso jovái en un angu’a (mortero), con los legendarios avatisoka (palos utilizados para triturar maíz) era característico de los primeros días de la Semana Santa. Tal vez hasta hace 40 años atrás, principalmente en nuestras campiñas, en la preparación del chipá o la sopa paraguaya era infaltable, pero actualmente ya no se escuchan esos sonidos.

El paso del tiempo, el modernismo, la tecnología dieron lugar a otros elementos para la preparación de la harina de maíz o de la masa, pero existen aún personas que se resisten a dejar totalmente la tradición y aunque ya no utilizan los morteros, siguen con el tatakua y el amasado a mano.

En esta ciudad, Bernardita Ruiz Díaz, en su domicilio sobre la calle Teniente Rojas Silva del barrio Defensores del Chaco, trasladó la tradición familiar desde la compañía Costa Pucú, de Arroyos y Esteros, siguiendo con la costumbre que heredó de su madre Nimia Rosa de Ruiz Díaz. Con la ayuda de su sobrina Alba y los hijos de esta, Pablo (13 años) y Mercedes (11), pone en vigencia el conocido rito de Semana Santa.

Hoy es el día de la preparación de los manjares (chipá) en sus diferentes variedades y con diversas formas, argolla, planas, con formas de animales y hasta con creativos adornos, que constituyen el conocido chipá “lopi”.
Desde épocas remotas, esta actividad se convierte en un rito de religiosidad popular, que reúne a todos los miembros de la familia, padres, hijos, abuelos, tíos, primos, etc. Los hombres y los niños generalmente se encargan del fuego para calentar el tatakua (horno de barro), mientras que las mujeres y las niñas se dedican al amasado, utilizando almidón, harina de maíz, grasa de cerdo o vegetal, queso, huevo, leche o suero (derivado de la leche). “Todos los ingredientes deben ser de primera calidad”, acotó Bernardita.

Igualmente, enfatizó que la preparación debe ser manualmente, no a través de la máquina, como se acostumbra ahora. Reconoce que con el tiempo transcurrido cambió el sistema de elaboración, “pero la receta es siempre la misma; no variamos para nada”, dijo,
Agregó que prepara el chipá de la manera más sencilla, sin ningún ingrediente aromático.


PREPARACION DE MESES

Bernardita Ruiz Díaz recuerda que los preparativos para la Semana Santa comienzan con mucha anticipación. “Tenemos que juntar los huevos diariamente, como también el queso, porque debe ser viejo”, explicó.
Indicó que antiguamente el almidón era de fabricación casera, con el famoso torno manual. Aclaró que prefiere utilizar el suero para el remojo de la masa, que lógicamente se junta de la elaboración del queso, lo que queda de la cuajada.

Para finalizar, Bernardita acotó que sus hermanos Pedro Ramón, quien vive en Arroyos y Esteros, y Patricio, hoy en Lambaré, también siguen con la tradición familiar en la preparación del chipá.
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