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LA PATRIA, distrito de Mariscal Estigarribia, Alto Chaco (Marvin Duerksen, enviado especial). Esta comunidad fronteriza con Bolivia, con unos 500 habitantes, está totalmente abandonada, pese a su geoestratégica ubicación. En la zona existen algunos pequeños almacenes, un edificio escolar con internado donde dos profesores enseñan a 60 niños; un obsoleto puesto de salud con enfermera y odontóloga, pero sin médico.
La construcción de una Unidad de Salud Familiar (USF) se encuentra paralizada en el lugar y bolsas de cemento se pierden en un depósito. En una casa se observa un cartel “Junta comunal La Patria”, pero la oficina está en desuso.
Los pobladores, que viven del trabajo en las estancias de los alrededores, lamentan los permanentes cortes del servicio de la Administración Nacional de Electricidad (ANDE). Una simple estación de servicios, por muchos años inactiva, ahora funciona nuevamente, “si hay luz”.
Por el puesto de control con dos policías y un agente de Delitos Económicos pasan por día unos 20 vehículos.
Los pobladores reclaman un médico, mejor servicio de la ANDE y una limpieza general porque hay muchos “bichos” que ponen en riesgo a la población.
Alejandro Rodas López, desde hace dos años atiende como juez de Paz en un local del Fondo Ganadero, distante a cinco kilómetros del poblado. “Somos una entidad de servicio, pero estoy muy alejado, me siento solo”, expresó Rodas López.
Indicó que quiere utilizar un edificio del Ministerio de Obras Públicas y Comunicaciones (MOPC) ubicada en La Patria, pero por cuestiones formales no puede tomar posesión.
Existe también un funcionario designado para el Registro Civil, pero “por falta de rubro” no hace oficina. En esas condiciones, los pobladores no tienen acceso a documentos personales, por lo que no pueden participar en elecciones ni acceder a créditos.