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Uno de los puntos más groseros del contrato es que el primer pago, de G. 250 millones, la empresa lo hará recién en abril de 2021 (uno año después de que termine el periodo de gobierno de Aguilar), y el saldo, en dos cuotas de G. 125 millones, pagaderos en 2022 y 2023.
Aguilar dijo que todavía no se definió qué tipo de infraestructura física hará Afara Salomón por G. 1.000 millones, pero que consistiría básicamente en la reparación de construcciones que ya se encuentran en el lugar, como sanitarios, cantinas y vestuarios.
Cuando le consultamos a Aguilar por qué se considera como pago a la Comuna la “inversión” de G. 1.100 millones en la organización de eventos, dijo que el hecho de que lleguen visitantes a la ciudad, atraídos por las actividades realizadas, ya es una ganancia para la Municipalidad “porque la Municipalidad no es solo la institución, sino sus pobladores mismos”.
El artículo 5, inciso “i”, señala que la empresa podrá solicitar resarcimiento por los gastos generados por las construcciones hechas, “dependiendo de la naturaleza del bien incorporado”. También podrá pedir indemnización en caso de rescisión anticipada del contrato por la Municipalidad.
“El vendedor de bollos, los pequeños comercios, etcétera, serán los beneficiados, y con eso ya hay ingresos”, añadió.
La Municipalidad no realizó licitación para la concesión de explotación de playas. Aguilar dijo que no recurrió al procedimiento establecido por ley “porque nadie se presentaría, y estas oportunidades deben ser aprovechadas” (sic).