La Escuela Agraria de Pilar es un próspero legado del "pa’i Alcancía"

La Escuela Agraria San Isidro Labrador, de Pilar, que cumple 36 años el 16 de setiembre, fue fundada gracias a la iniciativa del recordado sacerdote italiano Federico Schiavón (+), más conocido como pa’i Alcancía.

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Sus gestiones permitieron conseguir fondos del Estado y organizaciones internacionales para la apertura del centro educativo. Hoy la escuela es subvencionada.PILAR (Clide Noemí Martínez, corresponsal).  La escuela agrícola cuenta con 19 docentes calificados, de los cuales seis son del plan específico. Todos reciben sueldos del Ministerio de Educación y Cultura (MEC). Actualmente, cuenta con 43 alumnos, 40 de ellos como internos de la escuela.

La mayoría de los estudiantes son del duodécimo departamento y algunos de Central, Concepción y el Chaco paraguayo. Desde el año pasado, la institución permite el ingreso de mujeres, y actualmente siguen el bachillerato técnico   agropecuario seis jóvenes de distintos puntos de Ñeembucú.

La escuela agrícola cuenta con 200 hectáreas, que aún no son explotadas en su totalidad. El director, Walter Ramón Medina, dijo que el desafío es ampliar la utilización de la tierra en rubros agrícolas y lograr que la institución sea autosuficiente.

Resaltó que están ejecutando diferentes proyectos productivos, como huertas, porquerizas, tambo, avicultura y otros para generar ingresos para el autosustento de la escuela. Desde hace algunos años también  explotan la  hotelería, recibiendo visitantes de todo el país y el exterior.

En el primer curso los alumnos estudian 19 materias, al igual que el segundo curso, mientras en el tercero la cantidad se reduce a 16.    El director de la escuela afirmó que  trabajan  en conjunto con la Facultad de Ciencias Agropecuarias de la Universidad Nacional de Pilar. "Esto permite que los alumnos tengan una mayor capacitación, gracias al conocimiento adquirido de los docentes universitarios", acotó Medina.

Además del área especifica, los estudiantes reciben clases de teatro en horas de la noche, complementando de esa manera su formación cultural.

Estrategias

Además de los conocimientos que transmiten a los alumnos,  la escuela  motiva a los jóvenes a emprender el trabajo de la producción.  En ese contexto, realiza  talleres  con los docentes, padres, alumnos y ex alumnos de la institución a fin de elaborar en forma conjunta estrategias que permitan optimizar los conocimientos de los educandos.

La tarea de la escuela es amplia y los estudiantes tienen responsabilidades específicas. Algunas de las estudiantes se encargan de la producción y venta de pollos parrilleros y de  leche de cabra.

Griselda Ramírez, una de las estudiantes,  destacó que es una linda experiencia cursar el bachillerato técnico agropecuario, ya que "se aprende de todo un poco".

"El nivel es muy bueno, tenemos excelentes profesores, y complementamos con charlas también nuestras clases en la institución", explicó.

Por su lado, Yeni Rotela   manifestó que la elección del bachillerato técnico agropecuario sorprende a muchas de su ex compañeras de colegio, que no entienden que una mujer pueda dedicarse a las tareas del campo.

Zulema Riveros, de Desmochados,  resaltó que optó por el bachillerato agropecuario ya que piensa trabajar en la producción con su familia. Afirmó que al concluir su curso  tiene pensado estudiar Ciencias Agropecuarias y posteriormente Veterinaria.

Todos los estudiantes manifestaron su determinación de servir con sus conocimientos para que el Ñeembucú alcance los niveles de desarrollo deseados. Indicaron que en este departamento hay mucho por hacer y es mejor sacrificarse en el pueblo que migrar al exterior y ser humillados por  extranjeros.
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