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En Ñemby se realizó en la capilla San Blas y la fiesta fue acompañada por los estacioneros. En San Antonio se llevó a cabo en la capilla San Jorge y también en el barrio María Auxiliadora.
La feligresía católica recuerda la fecha adornando la cruz con chipas y rosarios de maní, que después se reparten en señal de solidaridad.
En la capilla San Blas de esta ciudad los vecinos se reunieron para festejar el Día de la Cruz y prepararon más de 300 chipas para adornar el kurusu, que luego fueron arrancadas por los feligreses del lugar.
Emilio Fernández, maestro del grupo de estacioneros, comentó que se trata de una tradición de casi 50 años iniciada por sus familiares. Se mantiene viva gracias a la gran devoción a la Santa Cruz, indicó.
La celebración a la Santa Cruz es acompañada por los estacioneros, que integran unas 15 personas, en su gran mayoría mayores de edad. Instó a los jóvenes a sumase para que no termine la costumbre.
“El grupo de estacioneros se fundó en 1957 y la mayoría de los integrantes ya somos mayores. Solo unos cuatro son jóvenes y precisamos más de este sector para que no desaparezca, porque es una tradición que dejaron nuestros antepasados”, explicó Fernández.
Además de Emilio Fernández, integran el grupo sus dos hermanos: Mario y Eulalio.
En la capilla San Jorge de San Antonio también se realizó el festejo y para el efecto se utilizaron 300 chipas y unos cien rosarios hechos de maní. Tras la misa realizada a las 19:00 se procedió a repartir entre los presentes.
Los organizadores comentaron que desde los años 60 se mantiene este rito y esperan que se mantenga por muchas generaciones más.
En el barrio María Auxiliadora de esta ciudad, la familia de Digno García mantiene viva esta tradición de hace varias décadas. En el mismo predio de la casa levantó un oratorio a la Santísima Cruz.
La cruz fue cubierta con hojas de ramas de laurel y adornada con chipas y rosario de maní. Un grupo de estacioneros acompañó la actividad.