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En el departamento de Alto Paraguay los abigeos logran alzarse al año con entre 1.000 y 1.500 cabezas de ganado de distintas razas, aunque en la región se cría principalmente las de Nelore.
La falta de controles efectivos de las autoridades municipales, policiales y del Servicio Nacional de Calidad y Salud Animal (Senacsa) hace que este delito vaya en aumento.
Si bien este flagelo afecta no solo a productores de la región chaqueña, el más grave problema del XVII departamento es que no cuenta con una oficina del Ministerio Público, ni con una unidad especializada que contribuya a disminuir este delito.
Cualquier hecho que precise de acción judicial debe realizarse en la ciudad de Concepción, distante a unos 600 kilómetros de Fuerte Olimpo.
Esto ocasiona gastos adicionales, por lo que los ganaderos o personas afectadas optan por no formalizar las denuncias. Es por ello que los casos quedan impunes.
Caso reciente
El último caso de robo de diez cabezas de ganado que se produjo y llegó hasta la justicia es el que ocurrió en la estancia San Francisco, a inicios de mayo pasado.
En este hecho fueron aprehendidos 4 sospechosos, Carlos Villamayor, Diego Chamorro, Arístides Portillo y Osmar Floretín, que fueron derivados a la Fiscalía de Concepción. Todos quedaron a disposición del fiscal Celso Morales.
De los diez animales robados, se recuperaron seis.
Los cuatreros no distinguen posición social al momento de asestar sus golpes, por lo que los pequeños y medianos productores se sienten atemorizados, sobre todo por la reinante impunidad.
Fuera de control
El 17º departamento está integrado por solo cuatro distritos, y de estos solo Fuerte Olimpo cuenta con matadero que funciona a medias, debido a que los carniceros optan por faenar en las fincas de ganaderos donde adquieren el vacuno.
Olimpo tiene cinco mil habitantes, pero llamativamente en la comunidad funcionan unas 20 carnicerías.
Otra forma de comercializar la carne es por medio de la venta del ganado en pie. En este caso, los animales hurtados tienen señales adulteradas y son llevados a frigoríficos de Asunción o del Chaco Central, a bordo de camiones transganados, entre lotes de animales con documentación legal.
El intendente municipal Sergio Cuéllar (ANR) dijo que no dispone con los medios y recursos necesarios para realizar el control efectivo, debido a la permeabilidad de la frontera y, en especial, por la carencia de fiscales que contribuyan a la investigación de los casos de abigeato.
Las otras localidades, Casado, Bahía Negra y Carmelo Peralta, autorizan faenamiento en las compañías y estancias, pero sin control alguno.
Ninguna de las cuatro municipalidades garantiza a su respectiva población la calidad y el origen de la carne que consume. Pero los propios pobladores aseguran que son producto de abigeato. Los animales son robados preferentemente de ganaderos brasileños con fincas en la otra orilla del río Paraguay.
calmiron@abc.com.py