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Según Mons. Giménez, la Iglesia católica está profundamente comprometida con la nación y respondió estas preguntas.
¿Cómo cree usted que deberían prepararse todos los ciudadanos y todos los feligreses espiritualmente?
A todos los que peregrinan en estos días a Caacupé, yo con gusto les invito a venir con un corazón abierto a recibir muchas gracias acá en el santuario, cada cual de acuerdo a lo que pidió, no creo que Dios y la Virgen se cierren a esos pedidos, porque saben demasiado bien las necesidades que tiene cada cual, que tiene cada familia y que tiene nuestro pueblo.
Entonces vengan realmente muy dispuestos a recibir, no digo que todas las gracias, que a lo mejor pidieron en una lista larga, pero algunas de las necesidades más importantes y mayores que seguramente Dios sabe muy bien cuáles son. Estoy seguro de que Dios les va a dar con abundancia, porque él mismo dice, el que pide recibirá, al que golpea se le va a abrir la puerta que necesite.
¿A qué responde el lema de este año "Una nueva evangelización para un nuevo Paraguay", responde a la realidad nacional o a un problema que atraviesa la Iglesia por el estilo de evangelización?
Lo que pasa es que la Iglesia está metida en esta nación, en este pueblo muy profundamente, y el país, Paraguay, no se puede separar de la Iglesia porque todos somos Iglesia. La gran mayoría de los habitantes de este pueblo, o sea nuestro querido Paraguay, somos parte miembro de la Iglesia católica, el resto de otras iglesias que existen en el país; por eso hacer una separación demasiado estricta es difícil, pero sí se puede responder a esa pregunta. Nosotros hemos hecho una especie de evaluación sobre lo que está necesitando de más nuestro pueblo y la Iglesia como tal, y hemos llegado a la conclusión de que hay algunos aspectos realmente preocupantes que son la evangelización, justamente, y no cualquiera, sino una nueva evangelización. La formación de la gente, se entiende la formación cristiana, la formación religiosa en todos los niveles, allí no se salva nadie, ni los obispos, ni los sacerdotes, ni las religiosas. Todos estamos metidos en una misma atmósfera de necesidad de formación. Después la familia y la juventud son otros aspectos, lo que más preocupa es la coherencia de vida entre todos nosotros, cada cual en el ambiente en que se encuentra. Personalmente, yo pongo los acentos en la familia, porque se encuentra muy dispersa; en los últimos años la familia en Paraguay se ha dispersado mucho por necesidades diversas, se han ido los padres a otros países y se quedaron los hijos solos, entonces tenemos muchos problemas en las casas, en los hogares. Lo otro que se relaciona mucho con la familia es la falta de trabajo, o sea la necesidad de que se vayan multiplicando los puestos de trabajo para que nuestros papás, nuestros hermanos, tíos, etc., no tengan ya la necesidad de emigrar; y lo último es la inseguridad social. La inseguridad social ha crecido enormemente y pienso que si las autoridades verdaderamente no controlan este tema de la inseguridad, podemos llegar a situaciones peores de las que ya estamos viviendo actualmente.
Si bien hoy en día la Iglesia católica sigue siendo en Latinoamérica la que tiene más adeptos, en Paraguay sigue siendo así. ¿Hay muchas personas que se van abriendo a nuevas religiones y credos?, ¿a qué se debe eso?
Esa situación ha sido reconocida hace dos años a nivel continental en la gran reunión de los obispos con el Santo Padre, en Aparecida, Brasil. Realmente somos conscientes de esa realidad, en algunos países más, en otros países menos, en Brasil sobre todo, ese desbande se ha producido en mayor medida que en otros países, y están realmente, la jerarquía y la Iglesia en general en Brasil están muy preocupadas por esa situación. De allí surgió la necesidad de responder a este problema, la necesidad de una gran misión continental permanente, y en eso estamos, o sea es una respuesta la misión continental permanente a ese problema que existe hoy en día en la sociedad, sobre todo a nivel religioso de mudarse, de irse a otros credos, a otras religiones, a otras costumbres no precisamente católicas, porque a lo mejor no encuentran la respuesta que necesitan en la Iglesia (católica). Somos conscientes, reconocemos, pero también estamos ya implementando la respuesta.
En cuánto a las crisis y momentos difíciles que atraviesa la Iglesia. ¿Cuál es la postura que toma la Conferencia Episcopal Paraguaya frente a los diversos casos develados (pederastia, etc.)
Es prácticamente una postura semejante a la de la Iglesia a nivel mundial de reconocimiento en primer lugar, de una sana autocrítica y de saber pedir perdón por aquellos miembros de la Iglesia que han tenido su equivocación, sobre todo con el trato a los demás, ciertos desvíos o doble vida, o maltratos de menores, etc. De ese punto de vista no hay vuelta que dar, hay que reconocer los errores y enmendar, buscar superarlos lo más rápido posible, empezando por pedir perdón, que es justamente el mayor reconocimiento que podemos hacer y ayudar también a aquellas personas que han sufrido las consecuencias y están sufriendo las consecuencias de esos desvaríos vamos a llamarlos así. Aquí en Paraguay felizmente no ha sido demasiado grande, salvo algunos casos particulares, algunos casos aislados. Pero estamos en eso también, en buscar las soluciones en esos casos y pienso que los obispos no hemos tapado esos casos, sino que hemos reconocido en su momento a través de cada uno de ellos con sinceridad también.
Hoy el Paraguay atraviesa un periodo político difícil, una realidad nacional complicada. ¿Cuál es su opinión sobre la gobernabilidad hoy en día?
Yo estaba hablando de la inseguridad recién, si la inseguridad prospera, la gobernabilidad va a ser cada vez más difícil, por eso pienso que el Gobierno actual debería solucionar de raíz el problema existente en ese campo. La inseguridad social es peligrosa, puede hasta incluso, si sigue avanzando, tumbar un gobierno en cualquier parte.
¿Qué piensa sobre los jóvenes?, ¿están desmotivados ante tantos problemas sociales?, ¿a qué se debe su poca participación en las elecciones pasadas?
Creo que si se pretende una motivación profunda y que responda a acrecentar la consciencia de responsabilidad de parte de los jóvenes, hay que formar a la juventud. La juventud no se mueve realmente si es que no recibe una buena y adecuada formación, y en este caso le estaría faltando una buena formación cívica.
¿Qué opinión le merece el Gobierno actual en el plano social?
La impresión que me da es que esa pretendida unidad en la conducción no existe, o sea la unidad de todos los que están en el Gobierno no existe. Entonces ese es un primer problema que no sé si ellos podrán solucionar, pero la oposición puede aprovecharse cada vez más de esa situación porque es la zona más vulnerable a mi entender.
Habrá 5.500 policías
A partir hoy, en los departamentos de Cordillera, Central, Caaguazú y Paraguarí serán destinados 5.500 efectivos policiales para garantizar la seguridad de los miles de peregrinantes que llegan a Caacupé, como cada año.
De la cantidad mencionada, más de 2.000 hombres serán destacados en la zona de Caacupé, mientras el resto estará en zonas de Central,
Caaguazú, Paraguarí y distritos de Cordillera, donde tradicionalmente se observa el mayor flujo de personas los días pico (6, 7 y 8 de diciembre) de la fiesta mariana.
Para cubrir el trayecto desde Asunción hasta Coronel Oviedo serán empleadas unas 500 patrulleras.
El comisario principal Cándido Montanía expresó que la Jefatura Policial del tercer departamento coordinará los trabajos.
El operativo será coordinado con la Policía Caminera, la Policía Municipal de Tránsito de Caacupé y el Ministerio Público.
Para mejor coordinación prevé un centro de comando y monitoreo, con base en el km 48 de la Ruta II, donde se contará con un call center para llamadas de emergencia, y los interesados podrán comunicarse de manera gratuita a través de Copaco al 0511 241075, 444968 y 244969, mientras que usuarios de Tigo podrán marcar al *123.