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El sargento de Infantería Hugo Candia Benítez (28) era uno de los mayores de sus 11 hijos; siete varones y cuatro mujeres. La mayoría vive en Buenos Aires, Argentina, mientras dos menores viven con don Demetrio y doña Ramona Benítez.
Últimamente a don Demetrio se le complicó la salud. “Ahora también perdí mi brazo derecho (por Hugo); tengo problema en el corazón, aunque noto que es resistente, por eso no explotó cuando cegaron la vida de Huguito”, manifiesta entre suspiros.
Hugo, para poder estudiar, también se dedicó al cultivo y venta de plantas medicinales, rememora mientras hace fuerza con la azada, pese a que la recomendación médica es que ya no realice este tipo de esfuerzos.
Menciona que Hugo Candia era su sostén, que mensualmente le entregaba G. 570.000 para la compra de medicamentos y además estaba realizando mejoras en la vivienda familiar.
Antes del crimen estaba realizando gestiones para que su padre pudiera cambiar su pierna postiza, a través del seguro médico, que ahora teme perder. Considera que como mínimo deberían permitirle cobrar de por vida el salario de su finado hijo.
“Era mi sostén, pues dos de sus hermanos son menores y los demás ya están esparcidos con compromisos diferentes”, dice.
Movilización
El 30 de setiembre próximo los familiares de Hugo Candia preparan una manifestación en Acahay para exigir que se haga justicia. Ese día, paralelamente, en la Plaza de Mayo, de Buenos Aires, los hermanos, amigos y parientes de Hugo realizarán otra protesta parecida para que el caso trascienda la frontera.