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SANTA ROSA DEL AGUARAY, San Pedro (Omar Acosta, corresponsal). El Hospital General de esta ciudad fue construido con fondos no reembolsables otorgados por el Gobierno de Corea, canalizados a través de la Agencia de Cooperación Internacional de Corea (Koica). Demandó una inversión de US$ 4.730.000, que cubrió los estudios técnicos, la edificación y el equipamiento con la más avanzada tecnología.
Sin embargo, el Gobierno no destina un presupuesto adecuado al hospital para lograr su funcionalidad y descentralizar la salud en la Región Norte del país. El centro asistencial fue construido para solucionar los problemas de salud más complejos en la región, ya que cuenta con todos los equipos, incluso con una unidad de terapia intensiva (UTI).
Maneja un presupuesto de G. 10.000 millones, de los cuales 7.000 millones se destina a compra de medicamentos. “Es poco este presupuesto. No alcanza para los insumos hospitalarios, ni para la alimentación de los pacientes”, afirmó el doctor Enrique Grau, director del Hospital General.
Expresó su deseo de que el Congreso Nacional apruebe un presupuesto de 20.000 millones más para el próximo año. En ese sentido, dijo que el proyecto de presupuesto ya fue presentado y bien fundamentado.
El Hospital General soporta un déficit de insumos hospitalarios, y actualmente se recurre a aportes de la Municipalidad local, ganaderos y ayudas comunitarias para la alimentación de pacientes y funcionarios.
Además, la UTI, que cuenta con modernos equipos, no funciona por falta de especialistas.
“Necesitamos terapistas; tampoco tenemos cardiólogo, oftalmólogo y médico anestesista”, manifestó el director del nosocomio.
A pesar de la precariedad en cuanto a recursos humanos e insumos, en el hospital son atendidos 6.000 pacientes por mes y en promedio se practican 80 cirugías, e incluidas las de cesáreas, superan las 100 intervenciones quirúrgicas al mes.
Guardia y combustible
Desde agosto, el hospital no cuenta con guardia, ya que los contratos de los encargados de seguridad fenecieron en julio. Esta situación preocupa, ya que está en la zona de influencia del autodenominado Ejército del Pueblo Paraguayo (EPP).
Por otro lado, el nosocomio recibe un cupo de G. 5 millones semanales para combustible de ambulancia. Cuando acaba, se recurre a la solidaridad de instituciones, o los familiares de los pacientes deben pagar el gasoíl. Un traslado a Asunción cuesta 500.000 guaraníes, indicó.