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En el lugar, indígenas, en su mayoría niños y adolescentes, recibían alimentación y asistencia médica, todos los días.
“Recurrimos a todas las autoridades, la Municipalidad de Ciudad del Este, Gobernación de Alto Paraná, Fiscalía, Instituto Paraguayo del Indígena (INDI), Secretaría de la Niñez y la Adolescencia e Itaipú y no tuvimos respuesta. No pudimos seguir manteniéndolo por el voluntariado”, se lamentó.
Agregó que el Gobierno no demostró interés en ayudarles, por lo que solo les resta esperar que asuma el próximo. Aproximadamente 40 niños y adolescentes son los afectados, se lamentó Chaparro.
“El ministro vino el año pasado y nos prometió los recursos. Este año vino otra vez, pero no hubo nada, no hay recursos”, dijo.
Por su parte, el ministro de la Niñez y la Adolescencia, José Orué, dijo que la falta de recursos humanos para este hogar fue lo que llevó al cierre definitivo.
Según Orué, la Secretaría de la Niñez y la Adolescencia, con sus escasos recursos, asumió la responsabilidad de proveer alimentos y todos los insumos necesarios. “Estamos dispuestos a mantener ese aporte”, dijo.
No obstante, afirmó que el problema en realidad es mucho más complejo. Lo que el Estado debe hacer es invertir fuertemente en las comunidades de los pueblos originarios de Caaguazú, donde hay 70 comunidades de nativos, no tanto en la atención directa de los que están en Ciudad del Este, expresó.