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La tradicional fiesta es una de las más populares del departamento cordillerano y del país, por el atractivo que representan los promeseros guaikuru vestidos con trajes hechos de miles de plumas de aves, especialmente gallina. Además, algunos utilizan máscaras o caretas y emiten voces características de los denominados “kamba”. Todo esto, acompañado de una bandita, cuyos integrantes ejecutan organillos, armónica y platillos.
El rito ancestral del Guaikuru ñemonde proviene de los antiguos pobladores africanos de esta región. Es la principal atracción de la fiesta, incluso llega a tener trascendencia internacional, según los lugareños.
Los preparativos para esta tradicional celebración duran todo el año, teniendo en cuenta que solo la confección de los atuendos demanda cuatro a cinco meses.
Los fieles de distintas edades llegan desde diferentes compañías y barrios de Emboscada, así como de Arroyos y Esteros, Asunción, Nueva Colombia, Limpio y otros distritos vecinos. Lucen los disfraces cumpliendo promesas o como una forma de agradecimiento por las bendiciones recibidas.
Por otro lado, las máscaras son señales de deseo de renovación de la devoción y la fe a San Francisco Solano y del promesero.
Los promeseros, como todos los años, comenzaron a llegar a la capilla en honor a San Francisco Solano en la madrugada de ayer. El sitio sagrado dista unos 5 kilómetros del centro urbano de Emboscada.
La misa central está marcada para las 10:00 y estará presidida por monseñor Claudio Giménez.