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En este caso el servicio público de Cerrito, cuenta con una sola obstetra y la misma se encontraba con permiso por maternidad no teniendo quien la sustituya. El Ministerio de Salud Pública debería arbitrar mecanismos que permitan estimular razonablemente al personal de blanco, logrando que las poblaciones alejadas no queden sin el servicio que ofrece el Ministerio de Salud Pública.
En esta oportunidad, la emergencia tuvo un desenlace feliz, pero en los casos más graves el riesgo es mucho mayor y es casi imposible que un enfermo en situación muy delicada aguante el traslado en ambulancia, desafiando el pésimo camino de tierra que une la zona con la capital departamental. Es por esto que en la mayoría de los casos, los sureños prefieren cruzar el río Paraguay y acceder a rutas pavimentadas que le trasladan a algún centro asistencial de alta complejidad de la Argentina. Los niños que nacen en el vecino país, lógicamente adquieren nacionalidad argentina.
La habilitación de nuevos servicios en el hospital de Pilar, posibilitará el diagnóstico rápido de ciertas enfermedades, sin necesidad de traslado del paciente a Asunción o decida ir por su cuenta a la Argentina.
Esto es un importante avance, también es cierto que todo el sistema de salud de Ñeembucú, sigue adoleciendo de sensibles limitaciones. La principal es la falta de especialistas en el hospital cabecera y galenos en varios distritos del Ñeembucú.
Mientras sigan existiendo caminos de tierra, centros y puestos de salud sin la cantidad suficiente de médicos y enfermeras, y el hospital regional de Pilar no cuente con una sala de terapia intensiva, que evite la obligada derivación de pacientes, la Argentina seguirá siendo el paño de lágrimas de la población de escasos recursos del departamento de Ñeembucú.