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Fue perfeccionando su técnica con capacitación en el Servicio Nacional de Promoción Profesional (SNPP) así como en el Instituto Nacional de Tecnología, Normalización y Metrología (INTN) y en el Centro de Producción Artesanal (Ceproca) en Areguá. También viajó a Bolivia a una conferencia de artesanos latinoamericanos.
Durante su estadía en México, con el apoyo del Fondo Nacional para la Cultura y las Artes, más conocido como Fonca, aprendió sobre el diseño de cerámica esmaltada, la toxicidad del esmalte y el mejoramiento del horno cerámico.
Legado
Gilberto Hermosilla fue fundador de la Asociación de Artesanos de Areguá, aún vigente. El alfarero ocupó el cargo de la presidencia por varios años y los miembros de la organización aseguran que él “siempre compartió sus conocimientos sin mezquindad.”
Su otra pasión fue la investigación sobre los métodos de cocción de las piezas de artesanía de arcillas sin contaminar el ambiente.
Bien conceptuado
Hermosilla es considerado uno de los mejores artesanos de Areguá, ya que junto con otros alfareros encontraron la fórmula exacta para seguir impulsando con eficiencia y calidad la fabricación de cerámicas, dándole mayor vida útil.
Así, en el año 2002 inauguraron en la región el primer horno de alta temperatura movido a gas y a leña, que les permitió lograr una mayor productividad.
Además, capacitó a grupos de indígenas del Chaco paraguayo para fabricar filtros para obtener agua potable.
Junto con los aborígenes elaboraron cántaros con el objetivo de acumular el vital líquido para el consumo y el riego de los cultivos. En sus labores era ayudado por su esposa Rogelia Romero, según se divulgó.