LUQUE (Cirilo Ibarra, corresponsal). El operativo de la dirección de Fiscalización de la Secretaría del Ambiente (Seam) en esta ciudad identificó otros mataderos clandestinos que funcionaban sin las condiciones de higiene, sin la infraestructura adecuada, contaminando terriblemente importantes poblaciones y poniendo en riesgo la salud de las personas.

En la zona de Yka’a se conforma una comisión vecinal para los reclamos correspondientes. “Vamos a exigir al departamento de Salubridad de la Municipalidad que haga algo, y si no tenemos respuesta, vamos a organizar manifestaciones frente a estos locales”, dijo Francisco Barrios, poblador de la zona.

Sostuvo que la paciencia de los vecinos de tres compañías: Yka’a, Loma Merlo e Itá Karanda’y está llegando a su límite.

“El arroyo que cruza por estas comunidades se encuentra muy contaminado y nosotros ya no podemos ni comer por el olor que expide”, siguió diciendo.

Según Francisco Barrios los mataderos Frigoluque, Frial Sur y San Jorge son los que afectan directamente su vecindad. De los tres, el último fue visitado por Augusto Mareco y Emiliano Ferreira, fiscalizadores de la Seam.

El mismo está ubicado sobre Tupâ Rekavo (ruta a Limpio) y no cuenta con la licencia ambiental. Según su propietario, Eladio Campuzano, encargó las gestiones para conseguir los documentos requeridos y poner en condiciones su local a una ex funcionaria de la Seam, Martina Valiente, “y me estafó”, acotó. Agregó que le cobró 3.500.000 guaraníes y nunca consiguió la licencia.
Durante la inspección se detectó que el faenamiento se realiza sobre suelo sucio, que la sangre se tira directamente a los canales de riego y que la bosta de los animales se amontona en el predio, al igual que los huesos, donde se acumulan moscas y en ciertos horarios atacado por buitres.

Campuzano trató de defenderse señalando que justo ese día, cuando llegaron los fiscalizadores, no tuvieron energía eléctrica y no pudieron cargar el tanque de agua para la limpieza de todo el local.

Con respecto a los huesos amontonados en un rincón, dijo que los mismos entregan a una empresa que se encarga de su incineración, mientras que las bostas se llevan a Nueva Colombia y se utiliza como abono.