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Para los alumnos de la escuela pública “Gabriel Casaccia” no hay desecho que no pueda ser reciclado y convertido en objeto decorativo. Con ingenio, poco dinero y amor cambian su entorno, llenándolo de alegría.
La escuela lleva el nombre de uno de los escritores paraguayos más importantes, oriundo de esta ciudad, a la que pintó con crudeza en su novela más célebre, “La Babosa”. Parece casi un conjuro a tanta amargura que la casa de estudios bautizada en su honor se haya empeñado en convertir los desperdicios en belleza.
“Nuestro jardín embellece nuestra escuela” es el nombre del proyecto que quiere que los 400 alumnos tomen conciencia de la importancia de cuidar y preservar el ambiente a partir del reciclado.
El plan es ejecutado hace dos años por los alumnos, con el acompañamiento de la directora, Juana Beatriz Amarilla de Maqueda, profesores y padres de familia.
Todo sirve: botellas, latas, pálets, neumáticos, cajas de madera, bicicletas, asientos de transporte público, un horno viejo o una balanza de almacén. Esos y otros objetos desechados forman parte del colorido panorama que decora la escuela y parte de la avenida General Díaz del barrio San Miguel.