Cargando...
Doña Olga dice haber nacido en territorio brasileño, hacia el interior de la comunidad de Campo Grande, donde sus padres, don Simón Barboza y doña Tania Shupp, poseían un pequeño establecimiento ganadero.
Siendo pequeña aún, sus padres tuvieron un conflicto social con otra persona y decidieron emigrar hacia territorio paraguayo, a la comunidad de Olimpo. Recién entonces la inscribieron, como ciudadana paraguaya, y así también lo hicieron con varios de sus hermanos.
En la cédula de identidad de la exenfermera figura como su fecha de nacimiento el 20 de julio de 1923, por lo que este domingo cumplirá 91 años, sin embargo, la mujer asegura estar llegando a los 100 años, debido a que se tardaron algunos años para finalmente registrarla como ciudadana.
Aún adolescente, sus padres se trasladaron a la comunidad de Guaraní, distante a unos 30 kilómetros aguas abajo de Olimpo; en dicha localidad emergía floreciente una fábrica de tanino, que brindaba oportunidad laboral a numerosas personas. Doña Olga recuerda que en dicho lugar funcionaba el más grande hospital de la región, donde brindó atención a centenares de soldados heridos, que llegaban desde los campos de combate.
La embarcación de nombre “Toro” transportaba a los pacientes desde Casado, y a partir de entonces eran atendidos en el hospital; recuerda con angustia a algunas de sus compañeras enfermeras, como Atanasia, Sofía y Juana, esta última además se desempeñaba como sargento militar. “Llegué a presenciar varias imágenes de sufrimiento en el lugar, ya que varios soldados murieron prácticamente en nuestras manos”, asegura la anciana.
“Era común que los pacientes, combatientes, nos adopten como sus madrinas. Llegué a tener varios ahijados, como Lucio, Juan, Pedro...”, recuerda. En varias ocasiones la aviación enemiga de los bolivianos procedió a bombardear la población; “cuando sucedía esto nos refugiábamos en una especie de túnel bajo tierra, al que denominábamos paguichi”, resalta.
La exenfermera siente mucha pena por la situación de abandono en que se encuentra la región de parte de los gobernantes de turno; menciona que debe realizar verdaderos sacrificios a la hora de tratar de llegar a la capital del país para sus controles médicos, debido a la falta de caminos de todo tiempo.
Deja un mensaje a los jóvenes: que respeten a sus padres y adultos, ya que ve que la familia está muy destruida en estos tiempos, debido a la no práctica de valores. “Lastimosamente las personas se odian, se destruyen. Se deben fomentar el amor al semejante, la tolerancia y sobre todo el respeto”, subraya la abuelita.
Doña Olga dice tener una fortaleza envidiable, y da gracias al Todopoderoso por ser una persona sana y por la numerosa descendencia que posee. Se casó con Fernando Torrez, excombatiente de la Guerra del Chaco. Fueron padres de 12 hijos; 5 ya fallecieron y viven 7. Celebra la entrevistada ser abuela de 43 nietos, 73 bisnietos y 16 tataranietos. Este domingo 20, día del cumpleaños de doña Olga, sus familiares le preparan un pequeño brindis. La cumpleañera aguardará a la mayor cantidad de sus descendientes.