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Es tanta la inseguridad para el desarrollo de las actividades en el campo que, en este caso, los actuales inversionistas piensan dejar todo y dedicarse a otra cosa antes que seguir soportando la delincuencia que desalienta y ocasiona grandes pérdidas. En el 2001, de esta misma propiedad, los cuatreros robaron 160 vacunos, todos adultos y cruzas de puros cotizados en G. 1.000.000 a G. 1.500.000 cada uno. En el 2002 el robo fue menor y llegó a 57 animales, mientras que el año pasado los abigeos se alzaron con 115 cabezas.
Pero Emprendimiento Rurales no es la única víctima de los cuatreros, los demás establecimientos vecinos también son constantemente azotados por las gavillas. Según nuestras fuentes, los cuatreros que operan en grupos bien estructurados cuentan con móviles, elementos de comunicación, abogados y los famosos campanas o portavoces, que alertan la presencia de algún extraño, para evitar que sean descubiertos.
Los sectores de: Costa Guazú, Pechugón, Pasito y Confuso, jurisdicción de Benjamín Aceval, constituyen una suerte de "territorio" de los cuatreros. Este sector comunica con varios caminos vecinales y conecta con pequeños y grandes aguantaderos (montes), donde una vez consumado el robo, los cuatreros depositan los animales y los mantienen tambeados para su posterior faenamiento o venta.
El paso más utilizado por los abigeos es el riacho Confuso que linda con la propiedad de Emprendimientos Rurales S.A. y con una propiedad de 70 Ha. adquirida en el año 2000 por el actual diputado departamental Eugenio Escobar Cattebeke, quien coincidentemente nunca fue víctima de los cuatreros, y no es muy apreciado por los ganaderos del lugar que ya abandonaron sus campos por el intenso y constante azote de los cuatreros.
Los animales son traídos en cájima (atado con piola del cuello y la nariz), y estirados con caballos, cruzan nadando o caminando el riacho Confuso, dependiendo del nivel de agua. Si el cauce del riacho está semiseco, el tráfico es más intenso. Ganaderos como Luis Ostertag y Viviana de Cisa están ofreciendo sus propiedades en esta zona hartos del robo de sus animales y la rapiña de su establecimiento.
Otros puntos predilectos por los cuatreros es la zona de Gral. Díaz, Ruta Ñ o 160, Esteban Martínez, Fortín Caballero y Adolfo Rojas Silva, donde el robo de animales se desarrolla a gran escala y son comercializados en la frontera con Argentina.
Este año fueron denunciados ante la División de Investigación de Delitos y Antiabigeato de la Jefatura de Presidente Hayes un total de 268 animales robados de establecimientos ganaderos de la jurisdicción de Gral. Díaz. Unos 159 ganados de raza y alta genética, incluidos cabras, fueron recuperados por la Policía, mediante allanamientos.
Existen numerosos casos que no son denunciados por sus propietarios por falta de credibilidad hacia la Policía.
BOCAS DE EXPENDIO
Las carnicerías, sobre todo clandestinas, son utilizadas para el expendio de la carne faenada en forma ilegal. El deficiente y hasta desleal trabajo de los comisarios de tablada y del inspector veterinario comisionados por los municipios de la zona al matadero local no ayudan para la erradicación del abigeato. Las boletas de marcas y señales, y la guía de traslado del animal expedido por el Impuesto interno y el Ministerio de Hacienda fácilmente son utilizadas para falsificar la firma de un ganadero con su marca.
Por ejemplo, en el matadero de Benjamín Aceval se faenan 4 animales por día para 22 carnicerías habilitadas, según los datos obtenidos. Resulta imposible que cuatro ganados faenados puedan abastecer a una ciudad de 13.700 habitantes. Esta podría abastecer apenas a 2 carnicerías, ¿y las demás carnicerías? ¿de dónde se proveen de carne?
La Municipalidad de Villa Hayes no tiene registradas y menos controladas las carnicerías supuestamente habilitadas, según pudimos confirmar. En marzo pasado el fiscal de abigeato Jacinto Martínez había decomisado unos 500 kilos de carne ilegal de 8 carnicerías clandestinas de Villa Hayes, mientras que en Chacoi el decomiso de carne ilegal fue de 300 kilos de 10 carnicerías clandestinas en mayo pasado.
Ahora la investigación del fiscal Martínez se centrará en las boletas de guías de traslado, donde existen sospechas sobre funcionarios de los puestos de controles, como Senacsa, Hacienda, Policía y funcionarios municipales, que actuarían de cómplices con los ladrones de ganados, sostuvo el fiscal.