Cargando...
La chimenea perteneció inicialmente a la “Cervecería Encarnación”, propiedad de la Compañía Mercantil y Transporte Domingo Barthe SA. Después fue adquirida por Julio Oreggioni, quien se dedicó a la producción de hielo en barras.
El predio en el que se encontraba la fábrica, prácticamente toda una manzana, pertenece a los herederos de Oreggioni, que acordaron la repartición del inmueble. La fracción donde está la chimenea fue vendida a Daniel Cristaldo, dueño del hotel De la Costa.
La Ley 946/82 nos da la atribución de dictar resoluciones y una de ellas declara patrimonio toda edificación hecha hasta el año 1950, y consecuentemente está protegido. Esta chimenea es una reliquia histórica, es un ícono de la ciudad, y no puede ser derribada, dijo Lluis O’Hara.
Señaló que la Contraloría General de la República (CGR) tomó cartas en el asunto. “Estamos viendo con ellos cuáles son los pasos a emprender. Ahora estoy esperando un dictamen de la asesoría jurídica para iniciar acciones”, indicó.
Admitió que existen lagunas en la legislación. Tenemos pocas herramientas jurídicas, pero no se puede permitir que destruyan un ícono como este, dijo. Adelantó que hoy tomarían alguna medida al respecto.
Cristaldo afirmó que hizo los trámites para la demolición ante la Municipalidad local y que en el sitio construirá otro hotel. “Esta es una gran inversión económica, pero si alguien viene y me dice que quiere comprar el predio, pagarme los tres millones de dólares que vale, y preservar la chimenea, yo le vendo”, señaló.