FILADELFIA, Chaco (Marvin Duerksen, corresponsal). Hasta hace unos años, caminando por las noches se lo podía encontrar y observar fácilmente a los tatú bolita. “Pero hoy este llamativo mamífero se encuentra amenazado, entre otros, a causa de la caza indiscriminada como alimento, y debido al significante crecimiento del tráfico de automóviles, que deja a los tatú bolita frecuentemente como víctimas de atropellamientos”, mencionó Sabine Vinke.
También, son cada vez más frecuentes los fenómenos meteorológicos extremos, asociados con el cambio climático, agregó.
Su extraordinaria y exitosa estrategia de defensa contra agresores consiste en enrollar su caparazón, encerrando su cuerpo en una bola firme. Pero esto ahora no le protege contra el nuevo tipo de amenazas de la civilización. Así las poblaciones de los tatú están disminuyendo continuamente en el Chaco, lamentan Thomas y Sabine Vinke.
El comportamiento de estos armadillos está bien investigado. La hembra, después de un período de gestación de entre 115 y 122 días, da vida a una camada de dos a cuatro pequeños. Al nacer, su cría ya es bien desarrollada y se parece completamente a los animales adultos, con la única diferencia de que todavía no son capaces de enrollarse. Su alimentación consiste mayormente en hormigas y termitas.
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Un tatú bolita puede alcanzar a vivir hasta 20 años.