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LOMA PLATA, Chaco (Marvin Duerksen, corresponsal). El agrónomo Alberto Naegele explicó que hoy día los agricultores del Chaco Central dejan el rastrojo, principalmente del sorgo, ya que protege el suelo de la erosión y las altas temperaturas, favorece la infiltración de agua y reduce la temperatura del suelo, evitando la evaporación. Fue durante una visita a la finca del productor Aribert Reimer, que trabaja con el riego de cultivos extensivos.
El recorrido en la finca tuvo lugar en el marco del seminario internacional denominado “Uso sustentable de los recursos hídricos para la producción agropecuaria del Chaco paraguayo”. Esta actividad se inició el martes pasado en esta localidad y se clausura hoy.
Según el experto, con el rastrojo el suelo mantiene porosidad, el agua de lluvia infiltra bien, mejora también las condiciones físicas de la tierra. Se comprobó que en suelos con más de 10 a 15 años de siembra directa, el suelo no tiene el pie de arado, conocido en la agricultura convencional, explicó.
“El rastrojo, a medida que se va descomponiendo, mantiene el sistema vivo y en ese sentido es el fundamento, es la base de la agricultura”, sostuvo el agrónomo Alberto Naegele.
Destacó el rastrojo del sorgo, cuya degradación es muy lenta y cumple mejor la función de cobertura. Existen mediciones con diferentes tipos de cobertura de suelo, en las que una base bien cubierta en promedio tiene 10 grados menos de temperatura que un suelo descubierto.
Al recordarle que durante décadas el Ministerio de Agricultura y Ganadería (MAG) insistió en mantener limpias las chacras del rastrojo, señaló: “Creo que fue un error, por eso la agricultura del Chaco y de la región Oriental se venía a morir”.
El Ing. Agr. Wilbert Harder, del Servicio Agropecuario de Loma Plata, habló sobre el déficit hídrico casi permanente en el Chaco por la diferencia entre la cantidad de lluvias y la evapotranspiración, que se reduce durante los meses de enero y mayo, y crece entre setiembre y diciembre.
Entre las tecnologías para juntar agua destacó las áreas de captación de agua de lluvias, que se comenzó a usar en 2002 y se perfeccionó después, cosechando entre 2.000 y 8.000 m3 por año/ha. Esto significa que en años normales se puede mantener 137 animales con el agua de una hectárea de captación.
En años con sequías leves esta misma área sirve para dar agua a 83 animales y en sequías extremas alcanza para 46 animales.