El Peñón, sus atractivos e historias

LIMPIO (Cirilo Ibarra, especial). El hermoso, novedoso y pintoresco mirador "El Peñón" se encuentra en estado de abandono, en medio del río Paraguay. Está ubicado a escasos 30 kilómetros de Asunción, en la zona de Piquete Cue, jurisdicción de Limpio. De hecho, es muy apreciado y valorado por los turistas, entre los que alemanes y estadounidenses dejaron sus huellas en la llamativa y arquitectónica "construcción natural".

Cargando...

Si un signo distintivo tiene esta ciudad, sin duda es su historia, que genera la esencia de la formación y fortalecimiento de esta comunidad.

Sin embargo, curiosamente sus autoridades municipales muestran escasa y hasta nula preocupación por el tema, a tal punto de dejar la sensación de ignorar la existencia de una verdadera reliquia del distrito, el mirador situado en medio del río Paraguay, denominado Promontorio de piedras El Peñón y que se eleva por lo menos 20 metros sobre el nivel del agua.

Este paraje, por lo visto muy bien cuidado por los nativos, incluso antes de la llegada de los conquistadores españoles, se constituye en el origen del nombre inicial de la ciudad de Limpio, Tapu’a.

Es que allí en medio del caudaloso río y nada menos que en el canal principal se tenía un montículo de piedras redondas (itá apu’a), bien firme, nunca quebrantado por las embestidas del agua.

Los nativos contaban con este lugar como prodigio de la naturaleza y los colonizadores lo tenían como punto de referencia (por su peculiar forma) para llegar a destino en sus expediciones desde el norte.

Por mucho tiempo, incluso, por siglos se mantuvo en bruto el Peñasco (promontorio que se interna en el mar), denominación que le dieron los españoles y de ahí proviene el nombre de El Peñón.

Recién en la década de 1940, durante el gobierno de general Higinio Morínigo, se procedió a la remodelación del montículo de piedras.

Se construyeron escaleras en los alrededores y una pequeña terraza en la misma cima, donde se instaló el aparato procesador de energía solar, produciendo luz a la noche, señal para los navegantes para no chocar por la mole rocosa.

Igualmente se construyeron algunos sanitarios, un pasillo con parrilla y varios "balcones", desde donde se podría contemplar el río y las riberas, disfrutando de la brisa suave y del rico olor del agua y de la hermosa vegetación aledaña.


SOLEDAD

Después de aquella construcción, hace 60 años, el paraje quedó prácticamente en la soledad. Por cierto, los agentes de la Marina fueron quienes sacaron provecho de la misma, porque la utilizaban como sitio de guardia. Después, también la abandonaron.

Actualmente, varias personas, en su mayoría extranjeras, solicitan los servicios de los canoeros para trasladarse hasta el lugar.
Enlance copiado
Content ...
Cargando...Cargando ...