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En el año 2000, la cuenca alta del río Jejuí, por ser parte del núcleo de la Reserva de la Biosfera del Mbaracayú y la única Reserva de Biosfera del Paraguay, debido a su importancia global, fue declarada por la Unesco como área de la reserva y sitio del patrimonio universal.
CARACTERÍSTICA DEL RÍO JEJUÍ
La cuenca del río Jejuí, que tiene una buena cantidad de nacientes, constituye un recurso hídrico de la zona del cual depende cualquier sistema de desarrollo y producción. Todos los cursos del agua del departamento de Canindeyú que conforman la cuenca del río Paraguay son parte del río Jejuí.
Las aguas del departamento drenan hacía el río Paraguay a través de las cuencas media y baja del Jejuí, que abarca la mayor parte del segundo departamento. Además el río Jejuí, es cuenca del río de la Plata y afluente del río Paraguay en la margen izquierda, con 350 kilómetros de longitud, y tiene como afluentes al río Aguaray Guasu y el Curuguaty.
A las márgenes del Jejuí se instalaron poblaciones y su vía era utilizada para llegar a las altas montañas del Este y a través de los pasos que formaban sus cabeceras se podía llegar a la verde planicie que conformaba la provincia de Jerez.
Al Jejuí los antiguos le llamaban también Guarambaré y a su orilla se fundó el pueblo con el mismo nombre y se establecieron varios puertos. Está considerado como uno de los cinco cauces más puros de mundo. Nace en los humedales del departamento de Canindeyú y riega el departamento de San Pedro, de este a oeste, y pasa por los distritos de Gral. Resquín, Lima, Choré, San Pablo, San Pedro de Ycuamandyyú y parte de los distritos de Nueva Germania y Puerto Antequera.
El Jejuí, que inspiró las letras de la primera guarania a Rigoberto Fontao Meza, artista sampedrano que escribió la guarania "Jejuí". Décadas atrás, se constituyó en la principal vía de navegación para la salida de productos agrícolas en gran cantidad transportados en lanchas que surcaban permanentemente el Jejuí desde la zona de Curuguaty hasta el río Paraguay, donde se embarcaban los productos hasta la capital del país.
Estas estampas que pertenecen al pasado, conforman parte de una historia que originó tantas canciones de serenatas, muchas de ellas consagradas por el ya mítico Kambai Echeverría o por su discípulo Juan Cancio Barreto, quienes, junto con las arrieradas, mientras navegaban días y semanas por el Jejuí, teniendo como compañeras a sus guitarras, componían las canciones en noches claras de luna, impacientes por llegar a algún puerto para conquistar a las kuñatãi juky.
Desde 1960 han venido desapareciendo paulatinamente los viajes por el río Jejuí, cuando llegaron los trazados de las rutas y, con ellas, cambiaron costumbres y formas de vida en la misma medida en que fueron poblándose hasta convertirse en florecientes comunidades aquellos parajes levantados por obrajeros que se dedicaban a la explotación forestal.
Las jangadas y pintorescas lanchas o chatas quedaron en el recuerdo, pero dejaron estelas en el río que hoy siguen rindiendo tributo a una inconmensurable belleza natural que se resiste en mancharse pese a los permanentes atropellos que ocasiona el hombre en su desmedida apetencia por lo material.