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LIMPIO (Juan Jara, corresponsal). En completo estado de decadencia está el Colegio Nacional San José de esta localidad.
La emblemática institución educativa dependiente del Ministerio de Educación y Cultura (MEC) no tiene aulas en buenas condiciones. El techo de la mayoría de los salones está con goteras, paredes resquebrajadas y sin las mínimas condiciones de seguridad para el desarrollo de clases, denunció la presidenta de la Asociación de Cooperadora Escolar (ACE), Adela Ríos.
El local cuenta con unos 1.600 alumnos, distribuidos en los turnos mañana, tarde y noche. Funciona la educación escolar básica y la educación media con dos bachilleratos técnicos industriales, electricidad industrial y mecánica.
Según la representante de los padres, en el colegio tampoco hay sillas suficientes para los alumnos, “quienes deben pelearse por conseguir asiento”, refirió.
Sostuvo que las instalaciones eléctricas son un peligro. En los últimos cinco años desde que asumió el director, profesor Nicolás Burgos, no se realizó ninguna inversión en la institución.
Ríos expresó que la comisión de padres trata de cubrir varios gastos como el servicio de luz eléctrica, agua, internet y teléfono, además de algunos insumos para los bachilleratos técnicos industriales. Dijo que el MEC también transfirió durante los últimos cuatro años, en concepto de la gratuidad educativa unos G. 350 millones para invertir en el lugar, pero no se sabe el destino real de ese millonario monto.
Agregó que actualmente el director Nicolás Burgos se encuentra bajo sumario administrativo desde mediados de marzo, por supuestas irregularidades. Cumple con su carga horaria en la Supervisión Pedagógica. Sin embargo, el docente tiene en su poder unos G. 50.662.392, que fue transferido por el MEC para uso en el colegio.
“Nosotros pedimos que esa plata entregue a la actual encargada de despacho, Prof. María del Socorro Elli, para uso en la institución”, expresó la presidenta.
Indicó que el colegio no tiene tintas para las impresoras, tampoco hojas para impresión de antecedentes académicos, ni tizas para el desarrollo de las clases.
“Tenemos deudas con varios proveedores. Estamos desesperados por la situación”, señaló Río.