Cargando...
LIMPIO (Gladys Villalba, corresponsal). Carteras, pantallas, canastas, portamates y otros artículos elabora la artesana Mirian Celeste Rivarola (42), a partir de las hojas palmeadas del karanda’y. Sin embargo, su especialidad es la fabricación de sombreros, a los cuales con el correr de los años agregó nuevos tramados y colores con el fin de captar clientes y estar a la moda.
La artesana que vive en la compañía Juan de Salazar relató que aprendió este bello arte de sus padres Juan de Rosa Rivarola y Anicia Saucedo cuando era muy joven. Precisamente, su primer trabajo fue un sombrero, rememoró.
“El sombrero es lo que más hago. Ayudo a mi familia con este trabajo. Mi marido es chofer y los domingos, además de vender nuestra artesanía, preparamos comidas y postres para venderlos frente a mi casa”, expresó.
La artesana comentó que su mayor deseo es que los sombreros pintados impongan un estilo, y forme parte de la moda con el correr del tiempo.
“Antes usábamos muchísimo, luego se dejó de valorar. Extranjeros como chilenos y brasileños que conocí en las ferias me visitan y llevan en cantidad para mostrar en sus países, ellos quedan admirados por el trabajo”, dijo.
Expresó que los precios de sus artículos no son altos, sino que están al alcance de todos. Así comercializa los sombreros desde G. 10.000 hasta G. 50.000, las pantallas a G. 35.000 la docena, las canastas a partir de G. 10.000 hasta G. 50.000, souvenir desde G. 70.000 la docena, que pueden ser solicitados con tiempo.
Por otro lado, Rivarola lamentó la escasa promoción de las instituciones públicas para los artesanos paraguayos. Señaló que las ferias son las únicas oportunidades para la venta, especialmente en las temporadas altas.