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TAVAÍ, Caazapá (Antonio Caballero, corresponsal). El procedimiento contra el delito forestal estuvo encabezado por el fiscal ambiental del departamento de Caazapá, Erico Ávalos, con el acompañamiento de los funcionarios del Infona Ing. Arnaldo Casco y Osmar González. La orden de allanamiento del lugar estaba firmada por el juez de feria de San Juan Nepomuceno, Luis Fernández.
El lugar donde producían el carbón es territorio de la comunidad indígena de la parcialidad mbya guaraní Tajay Pakuri, ubicada en la zona de la compañía Enramadita y pegada al Parque Nacional Caazapá, de 16.000 hectáreas. Esta reserva de bosques subtropicales comprende un sector de la cordillera de Caaguazú, donde están las nacientes de importantes ríos.
La citada comunidad aborigen hace algunas décadas era utilizada para la extracción de troncos de árboles de aquella reserva y, últimamente, para la fabricación de carbón con leña sacada del parque mencionado, según las denuncias.
El fiscal Ávalos pudo constatar que dos hornos estaban en proceso de producción de carbón. El primero estaba siendo cargado con las maderas para luego iniciar la quema, y el segundo estaba terminando el proceso. El agente fiscal ordenó la destrucción de los ambos hornos.
Los que trabajaban en el primer horno citado abandonaron el sitio presurosos, para no ser atrapados. Según los datos, los encargados de elaborar el carbón no son aborígenes, sino otros pobladores de Enramadita.
En la segunda construcción de producción tampoco estaban los responsables, pero cuando se lo estaba destruyendo apareció un indígena con un machete a regañar al fiscal y decir que era el cacique Porfirio Romero, quien, al ser preguntado quién era el encargado del horno, dijo que pertenece a la comunidad, pero después se alejó y desapareció en el bosque.
Según las quejas, los indígenas alquilan el lugar a los productores de carbón con la condición de que hagan los hornos y después de un tiempo queden para los nativos. En la oportunidad pudimos observar que inmigrantes brasileños están sembrando soja y maíz en la tierra de los aborígenes, y cada vez más se acercan al parque natural.
Según otro reclamo, taladores de árboles están trabajando en la misma reserva citada, pero ingresan al sitio por la compañía Cantina Cue. El fiscal Ávalos, en vista de la imposibilidad de llegar a todos los hornos porque no contaba con la ubicación exacta, y además porque debía acudir a una audiencia programada, dejó el lugar para retomar el operativo otro día.