El Municipio de Mariscal Estigarribia, de igual territorio que el vasto departamento de Boquerón, prohibió el 17 de diciembre de 2002 la instalación de plantas desalinizadoras. Hasta la fecha no se ha reglamentado nada, para seguir avanzando en el tema, según confirmó el mismo titular de la Junta Municipal, Francisco Pignata.

Como el agua salada subterránea del Chaco es hasta tres veces más salada que la del mar, el problema consiste principalmente en el alto volumen de salmueras, que produciría la desalinización.

Se compone de varias sales (51,9% de NaCl, 29% de Na2 SO4, 13% de Mg SO4 y 6,1% de Ca SO4 x 2H20) en total 39,3 kilos de sales por metro cúbico o 39,3 toneladas por 1000 m3. Desalinizar, por ejemplo, 1000 m3 de agua salada subterránea en el Chaco Central, con salinidad de 30.000 ppm, produce 337.000 m3 de agua procesada por año (337 días), se obtiene 960,7 m3 de agua potable por día, o 323.756 m3 de agua potable por año, además 39,3 toneladas de sales por día, o 13.244,1 toneladas de sales por año, lo que significa 2 camionadas de sal por día, o 662 camionadas de sal por año.
Resulta que el Chaco Central, según cálculos, necesitará en el 2015 por día 12 millones de litros de agua para uso doméstico e industrial. Para obtener esta cantidad de agua potable de agua salada subterránea del Chaco, produce 24 camionadas de sales por día o unas 8.000 camionadas de sales por año. ¿Qué hacer con este voluminoso excedente. A dónde transportar las sales? El procesamiento de las mismas, depositarlas en piletas, resulta inviable. Reinyectar las salmueras al subsuelo causará un impacto irreversible a los acuíferos, según técnicos.

DIVERSIFICAR FUENTES DE AGUA

Para satisfacer la demanda de agua potable y de uso industrial y agropecuario, se utilizan actualmente tajamares y tajamares de infiltración artificial, pozos artesianos y aljibes. La diversificación de la obtención de agua es lo más recomendable y económico, hasta el momento. La desalinización, en el mejor de los casos, solo puede ir como una opción más y en puntos focales.

La construcción de un acueducto por un lado es solo una opción más, sobre todo por el costo que tendrá el producto, porque, por ejemplo, las comunidades indígenas no están en condiciones de pagar diez guaraníes por litro de agua. Más barato es un tajamar, un pozo o aljibes en casa, para cosechar agua de la lluvia.

Por otro lado, con una sequía de 10 - 12 meses, como el año pasado, todas las fuentes tradicionales de agua en el Chaco se agotan. Para estas situaciones extremas el acueducto será vital, sobre todo con el sostenido crecimiento poblacional que registra el Chaco Central.