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SAN LORENZO (Antonia Delvalle C., corresponsal).- La doctora Carmen Skell dijo que, llamativamente, el suceso se registra después de la orden de intervención del Departamento de Nefrología, determinación que se le comunicó el viernes a la galena. Añadió que, irónicamente, se ordena la intervención pese a que ella ya fue echada por orden del Consejo Directivo de la Facultad de Ciencias Médicas, presidido por el decano, Dr. Aníbal Peris, aunque la determinación es responsabilidad del rector, Enrique Peralta.
La doctora Skell señaló que el hecho forma parte de una persecución de la que es víctima junto a los doctores Carlos Arbo y Martha Cabrera por haber firmado una nota en que pedían el esclarecimientos de los manejos administrativos de Peris. Indicó que ayer se tenía que reunir con la interventora, doctora Elvira Giménez, para entregar como corresponde el Departamento de Nefrología, pero que, extrañamente, se encontró con la desaparición de los armarios que tenían equipos médicos.
Señaló que, además de la doctora Giménez, el doctor José Luis Insfrán y la doctora Idalina Stanley, subjefa del Departamento de Nefrología, forman parte del equipo de interventores. “Aparece como interventora, llamativamente, la subjefa del área, quien hace seis meses no viene porque está con permiso del decano, que hasta 30 días nomás puede dar, pero renueva cada 30 días”, indicó.
En un comunicado oficial, se desmiente el hecho de sustracción en el Dpto. de Nefrología. El escrito señala que el viernes se hizo el corte administrativo, pero que, llamativamente, apareció de nuevo ayer la doctora suspendida en sus funciones con goce de sueldo.
Añade que la separación del cargo de Skell se debe a denuncias de pacientes, entre ellas Clara Diana Ferreira, de que supuestamente la galena derivaba pacientes al sector privado para someterse a diálisis, cuando en Clínicas se cuenta con lugar.
Sindicalista prepotente
A la tarde, volvimos ayer al Departamento de Nefrología para hacer unas tomas fotográficas de la intervención, pero el sindicalista y jefe de Seguridad, Julio Villalba, nos echó del lugar. Mandó a uno de los guardias a que nos acompañara hasta la salida del hospital.
Cuando le reclamamos su actitud irracional, Villalba dijo que sin permiso del director del hospital, doctor Hugo Arellano, no podemos ingresar a hacer fotos, y agregó que para gestionar información está el Departamento de Prensa.