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Según los peones, los nativos frecuentemente efectúan disparos de armas de fuego y llegaron a matar o herir a unos 20 animales vacunos en el lapso que llevan ocupando el lugar.
De acuerdo con denuncias que obran en la Fiscalía, también los peones, que viven y trabajan en el interior de la estancia, son afectados porque supuestamente los indígenas hacen disparos al aire sobre sus viviendas. Otro testimonio que demostraría que los indígenas poseen armas es la declaración realizada el pasado 11 de junio por el abogado David Giménez, ujier notificador del Tribunal de Apelaciones de Salto del Guairá.
Giménez afirmó que al constituirse en el asentamiento de los nativos para notificarles sobre una resolución judicial fue recibido a tiros, a unos 400 metros antes de llegar hasta los aborígenes.
Ante esa situación optó por dejar la cédula de notificación adherida a una madera al costado del camino.
Presumen los lugareños que las armas estarían siendo proveídas por los arrendatarios de sus tierras, quienes, según denuncias, serían los promotores de la ocupación de la estancia Laguna SA, en Corpus Christi.