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Aseguran que hasta ayer no recibían ningún tipo de ayuda o apoyo para cubrir sus múltiples necesidades, tales como para ser ubicadas temporalmente en otros sitios o para alimentación, así como chapas de zinc o fibrocemento y maderas para erigir sus casas temporales, hasta que el agua retroceda.
Fueron en total unas 300 familias de Coronel Martínez las que quedaron damnificadas por la crecida del mencionado afluente hídrico, de las cuales una buena parte requiere auxilio de las entidades públicas, como la Secretaría de Emergencia Nacional (SEN), las municipalidades o la Gobernación de Guairá.
Asimismo, los pobladores cuentan que varios de los niños de la comunidad se encuentran enfermos por estar en ambientes húmedos.
También requieren la presencia de fumigadores del Servicio Nacional de Erradicación del Paludismo (Senepa) para hacer esa tarea en la zona de Capellán Egidio Cardozo, considerando la gran cantidad de mosquitos que existen. En el lugar también abundan en este momento moscas, arañas y víboras que salieron de sus hábitats naturales, dicen.
Algunas familias están ya desesperadas por la desolación en que quedó esta humilde comunidad como consecuencia de la crecida del río Tebicuarymí, por lo que urgen ayuda.