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“Archer está en el Paraguay desde el 2011. El proceso de gestión para su instalación duró más de seis años a fin de cumplir con todos los trámites desde la firma de acuerdo con la Administración Nacional de Electricidad (ANDE), de la aprobación del Plan de Gestión Ambiental; el de proceso de habilitación en los municipios y audiencia pública con la población y autoridades de Cordillera”, indica la industria.
Añade que una vez cumplidos todos los requerimientos que el Estado paraguayo exige para este tipo de emprendimientos, la empresa invirtió 15 millones de dólares para la construcción de una subestática y la instalación de la fábrica. Asimismo, inició la compra de materia prima (arena y coque de petróleo) y la contratación de más de 100 paraguayos para la administración y operación de la fábrica.
Recién una vez concluidos todos los trámites y presentadas todas las documentaciones, comenzó sus operaciones en octubre del año 2017.
“La empresa comprende que al ser la primera fábrica de carburo de silicio en el Paraguay se deberán realizar ajustes para perfeccionar el proceso de producción hasta llegar al nivel óptimo de equilibrio entre la inversión, el medio ambiente y la comunidad, de la misma manera que en otros países donde se produce carburo de silicio”, señala en otra parte la nota.
En ese sentido, la empresa estuvo y está abierta a los controles periódicos de los organismos del Estado para realizar los ajustes que se requieran. Asimismo, está abierta a la verificación permanente sean estas de las autoridades locales, regionales y de la prensa para un trabajo más armónico, sostiene.
Añade la misiva de Archer SA que “la empresa actualmente está realizando una millonaria inversión para incorporar la tecnología más moderna para la neutralización de olores... característicos de este tipo de fábrica. Debemos aclarar una vez más que el coque de petróleo, que también utilizan otras industrias en el Paraguay, no produce ninguna contaminación al ambiente y de ninguna manera es nocivo para la salud humana o animal”.
La empresa está preparando una visita a fábricas similares a la de Cordillera, que ya llevan operando casi 40 años en el Brasil, para que técnicos de los organismos de control, médicos, autoridades municipales y representantes de organizaciones vecinales y periodistas puedan observar el proceso de producción, investigar el impacto ambiental y conversar con pobladores que viven en la zona.
“Archer SA confía plenamente en que el Estado Paraguayo garantizará la seguridad jurídica para que la fábrica siga operando y que resguardará la fuente de trabajo de la que dependen más de 100 familias paraguayas, además de los beneficios presente y futuro de la economía de la región”, culmina el escrito remitido por la empresa a esta corresponsalía.