Cumple 107 años en Loma Grande y ella atribuye su longevidad al cariño

Doña Brígida Ruiz Vda. de Cuevas cumplió 107 años de edad y sus familiares le organizaron una fiesta para agasajarla en Loma Grande, donde concurrieron sus 31 nietos, 67 bisnietos y 9 tataranietos, así como amigos y vecinos. La abuela, que se caracteriza por ser muy cariñosa con su familia, dice que el secreto de su longevidad es precisamente el amor que recibe de sus seres queridos.

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LOMA GRANDE, Dpto. de Cordillera (Desiré Cabrera, de nuestra redacción regional). El cumpleaños de doña Brígida Ruiz Vda. de Cuevas fue el pasado sábado 11 de octubre y su familia le ofreció un agasajo en la casa de su nieta María Cuevas de Orué (57), ubicado en el barrio Centro de esta localidad.

La mujer tuvo ocho hijos, de los cuales solo sobrevive la menor, Regina de 69 años. Hasta hace unos seis meses vivía con ella, pero Regina sufrió un infarto que hizo que sus hijos la llevaran a la capital para seguir un tratamiento de recuperación.

Desde ese momento la abuela vive con su nieta María, a quien crió desde los 14 años tras la temprana muerte de su madre.

Doña Brígida se caracteriza por ser amorosa. Le gusta mucho recibir mimos de sus nietos y bisnietos, a quienes acaricia con cariño.

Tiene 31 nietos, 67 bisnietos y 9 tataranietos con quienes se sienta a comer empanadas. Antes ella llamaba comida chatarra a las empanadas, pero ahora es uno de sus alimentos preferidos, especialmente si es acompañada con sopa paraguaya.

La abuelita atribuyó su longevidad al amor que recibe y da, a su alimentación metódica, pues nunca come a deshoras y en su infancia se alimentaba con coco, leche, pescado y miel de abeja; nunca consumió azúcar refinada. Sus familiares refirieron que no sufre ningún tipo de enfermedad, por lo que no toma medicamentos.

Más que la comida, a los ancianos los alimenta el cariño y el amor de sus nietos y bisnietos, expresó doña Brígida.

Es viuda desde hace más de 34 años del excombatiente de la Guerra del Chaco (1932-1935) Miguel Cuevas. Asegura seguir amando a quien fue su compañero de vida y siente que la sigue cuidando. Por eso siempre tiene entre sus santos una medalla con la imagen de San Miguel Arcángel, que le obsequió su amado.

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