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El grupo destinado a Boquerón realizó una pasantía de cinco días en la comunidad indígena Santa Teresita del distrito de Mariscal Estigarribia.
El posgrado es apoyado por la Organización de los Estados Iberoamericanos (OEI) y una universidad mexicana.
El sacerdote católico del vicariato del Pilcomayo, Miguel Fritz, dio una breve visión de la vivencia intercultural del Chaco, donde existen radioemisoras que transmiten en varios idiomas y escuelas con más de ocho idiomas. Pero lamentó que aunque se dice que todos somos iguales, la práctica a veces es otra y existe una “vergüenza lingüística”, que hace que pueblos como los Angaité no quieren hablar su idioma materna; mientras otros, como los nivaclé, lo hablan porque tienen una propia academia lingüística que se preocupa de mantener el idioma.
Instó a crear espacios para que cada lengua se pueda hablar y los pueblos originarios se sienten valorados (etnoestima). “Y los indígenas piden que sus lenguas no solo sean respetadas, sino mantenidas”, apuntó Fritz.