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Comentó que el perjuicio ocasionado por el abigeato oscila los G. 25 millones.
La víctima alertó a la comisaría local que constantemente unos desconocidos rondaban su propiedad. Pidió especial protección porque se maneja en silla de ruedas, y no se atrevía a salir de su casa a revisar qué es lo que motivaba la reacción extraña de los animales.
Llamativamente, la Policía no prestó atención a los insistentes pedidos de ayuda y días después los cuatreros se llevaron sus tres únicos animales que le servían de sustento. Los faenaron y se llevaron las partes más importantes de las reses.
El jefe de la comisaría Primera del barrio Estación, suboficial principal Nery Agripino Duarte, argumentó que no tenía conocimiento de la denuncia de la víctima ya que el oficial de guardia que recibió la llamada no comunicó a sus pares ni a sus superiores para realizar un procedimiento en el lugar.
El humilde productor instó a la ciudadanía a no comprar carne de dudosa procedencia.