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Los florideños dicen que las últimas lluvias torrenciales, los desbordes de los arroyos y de las nacientes de aguas arriba ocasionaron la riada.
En el barrio Manga Itá 47 familias tuvieron que abandonar sus viviendas y trasladarse en zonas altas. Los damnificados fueron ubicados por la Municipalidad en el Club 12 de Junio y en la Seccional Colorada de esta ciudad.
Otras familias con mayores recursos alquilaron casas, mientras tanto dure la crecida del río.
Los afectados por la riada aguardan la ayuda de la Secretaría de Emergencia Nacional (SEN). Fuentes municipales señalaron que el intendente Michel Flores (ANR) solicitó al Gobierno central el envío de víveres y chapas para las familias afectadas por la inundación.
Uno de los vecinos del barrio Manga Itá, Eusebio Valdez, cuya familia fue instalada en el Club 12 de Junio, señaló que las necesidades más urgentes son los víveres. No hay pesca por la veda y tampoco pueden trabajar en otras actividades como pintura, albañil y algunas changas, explicó.