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A partir de botellas de vidrio, José Insfrán reviste las paredes y el techo de su casa. Su idea es darle un toque distinto a su hogar y que su obra sea admirada por propios y extraños.
Insfrán, de profesión constructor, aprovecha su tiempo libre para demostrar su arte y a la vez reciclar. “Cuando comencé a construir mi casa, dije que quería algo distinto de lo que yo hago. Como soy constructor, entonces un día me vino la idea y empecé a hacer el dibujo, luego a buscar las botellas y revestir mi casa”, relató.
El constructor dio uso a los envases desechados. Primero los que encontraba en la calle y ahora muchos de sus vecinos o conocidos se los traen. Así hizo el cielorraso, ventanas, planteras, canteros, paredes y hasta las veredas que rodean su casa.
Las botellas fueron previamente cortadas y trabajadas para colocarlas en forma de mosaico, con diseños de arcos y estrellas.
José Insfrán vive en la casa con su esposa Virginia y sus seis hijos (David, Eduardo, José, Belén, Noelia, y Jonathan) desde hace 25 años, pero recién en 2015 tuvo la idea de convertirla en un escaparate.
“Yo quiero que mi casa sea una referencia en el barrio. También hago como una vidriera para mostrar mi trabajo a mis clientes, quiero que la gente vea que se puede tener puertas, ventanas y cielorraso reciclando botellas”, afirmó.
La casa mosaico está ubicada en la compañía Loma Merlo, sobre la calle 12 de Octubre casi América (que une el centro de Luque con el Aeropuerto Internacional Silvio Pettirossi).
Proceso
José Insfrán explicó que las botellas pasan primero por un proceso de limpieza que consiste en lavarlas con agua y en removerles las etiquetas. Después, las selecciona por color y tamaño. Luego, las va cortando, dependiendo del lugar donde serán colocadas con mezclas de cemento para que sean seguras.
En algunas zonas las pinta para obtener el color que necesita. Sin embargo, predominan los verdes, marrones, celestes y tonalidades transparentes.
Por otro lado, Insfrán expresó que solo trabaja con su proyecto en sus ratos libres, los fines de semana. En los días hábiles debe dedicarse a buscar el sustento diario de su familia en la albañilería.
“Empecé en el 2015. Todavía no termino porque trabajo solo en mis ratos libres. Me faltan como 18 metros cuadrados para completar mi obra. Necesito aún más de 8.000 botellas”, añadió el constructor.
(Lea la nota completa en www.abc.com.py).