Con la reapertura de Censi & Pirota (fábrica ubicada en Benjamín Aceval, a 80 kilómetros de Arroyos y Esteros), los responsables de la cooperativa, respaldados por los productores, realizaron las gestiones para alquilar la fábrica a fin producir su propia azúcar orgánica. Luego de dos años de tratativas, lograron sus objetivos cuando consiguieron la certificación de producción orgánica concedida por IMO Control Latinoamérica Ltda.
En noviembre del 2005 se realizó el gran logro al sacar 501 toneladas de azúcar al mercado del Comercio Justo, de las cuales gran parte ya fue comercializada en Europa y la otra última parte será embarcada en las siguientes semanas.
Para concretar el proyecto, la cooperativa invirtió 200.000 dólares, monto que fue financiado por el Fondo de Desarrollo Campesino (FDC), según el Lic. Andrés González, gerente de la institución.
Actualmente, con la zafra que se inicia en junio y se extenderá hasta noviembre, la idea es triplicar la producción, considerando que ya existe un pedido de casi 1.500 toneladas con contrato y además contactos con empresas importadoras de los diferentes países, incluso, de Estados Unidos, que están dentro del Comercio Justo, del Fairtrade Labelling Organization (FLO internacional). "Nuestra capacidad es de 8.000 toneladas y el resto de la materia prima será colocada en otros ingenios, mientras nos afianzamos más en el mercado", dijo González.
La cooperativa está manejando actualmente 2.100 hectáreas de caña de azúcar.
COMERCIO JUSTO
Están asociados a ella 19 países, entre los cuales están Canadá, Italia, Alemania, Bélgica, Suiza, Estados Unidos, Japón, etc.
La Cooperativa Manduvirã Ltda. cubrió el 20% del mercado europeo de los azúcares tipo blanco y dorado suave, en su primera intervención. La intención ahora es abarcar el 60 a 70%, indicó el Lic. González.
EXTRA PARA EL PRODUCTOR
Por cada tonelada de azúcar vendida en el mercado del Comercio Justo, el proveedor recibe una prima de 80 dólares, de los cuales el 50% llega al productor en efectivo y el otro 50% queda en la cooperativa. Las familias beneficiadas -en este caso, directamente, son 500- deben invertir el dinero que reciben en mejorar sus condiciones de vida como alimentación, salud, educación, vivienda, medio ambiente, etc. La cooperativa debe ejecutar proyectos similares que convenga a los socios. En este sentido, ya cuenta con un consultorio médico e implementos agrícolas con técnicos para el apoyo al productor.
FLO Internacional también promueve la experiencia de valores como la transparencia, honestidad en el manejo dentro de la organización, democracia, participación, la eliminación del trabajo infantil, así como de la explotación laboral. Igualmente apoya la libertad de asociación, las buenas condiciones de empleos (salud y seguridad laboral), la eliminación de la discriminación de género, ideológica y de otro tipo.
Para verificar el cumplimiento de estas máximas, anualmente la organización envía auditores internacionales que supervisan estos aspectos. La cooperativa cuenta con el apoyo de la ONG consultora Acdi Voca Internacional, que realiza el control de calidad del producto en sus distintos procesos, desde su desarrollo en el campo hasta el producto final que se lanza al exigente mercado europeo.