Construyen depósitos en el campo de batalla de Abay

Maquinaria pesada está trabajando intensamente en el campo donde se libró la batalla de Abay, en diciembre de 1868. La firma Unilever está construyendo depósitos; las tareas se encuentran en este momento en movimiento de suelos. En el lugar donde se combatió la cruenta batalla de Abay no se realizaron tareas de investigación arqueológica ni colecta de objetos. Unilever podría honrar la memoria de los combatientes con un recordatorio en el sitio.

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En la mañana del 11 de diciembre de 1868 se libró la batalla de Abay: 5.593 paraguayos, con el apoyo de 18 cañones, enfrentaron a 18.900 aliados, quienes disponían de 26 piezas de artillería.

Al final del día, 3.500 soldados paraguayos quedaron inertes en el campo de batalla, 600 heridos y 1.000 fueron tomados prisioneros por los brasileños, entre ellos 300 mujeres que acompañaban a sus hijos, hermanos o esposos. Los historiadores describieron con horror el destino de esas 300 mujeres tomadas como trofeo por soldados sin control ni freno alguno.

La derrota tuvo consecuencias desastrosas para nuestro país: el ejército brasileño tomó posesión de Villeta como base de operaciones.

El campo regado con sangre de patriotas quedó relegado en el olvido; hoy apenas hay un pequeño monumento en recordación a una batalla heroica.

El tiempo cedió paso a la paz y Villeta se convirtió en nuestro principal puerto comercial sobre el río Paraguay.

En los últimos años, Villeta sufrió una gran transformación: dejó de lado la tranquilidad de sus campos de pastoreo para convertirse en una ciudad industrial.

El movimiento que gira en torno a los puertos sobre el río atrajo a empresas de diverso porte.

Entre ellas, Unilever. La firma de capital internacional inició la construcción de un depósito en la misma colina donde se instalaron los defensores paraguayos.

Al final de la propiedad se encuentra un pequeño monumento construido en el límite de los municipios de Ypané y Villeta; todo lo que queda detrás fue removido por maquinaria y hombres que están levantando los depósitos de la firma.

Las máquinas trabajan sin cesar, se puede observar a las topadoras excavando mientras cuadrillas de obreros remueven la arena con palas en los sectores más bajos.

Al observar nuestra presencia, el ingeniero Fernando Sánchez Ortiz se acercó e identificó como jefe de obras.

Indicó que disponen de los permisos de la Municipalidad de Villeta, así como de la Secretaría del Ambiente para trabajar en el lugar.

Agregó que la firma propietaria, Unilever, presentó toda la documentación necesaria para iniciar la construcción.

Ante la consulta de trabajos arqueológicos previos al movimiento de maquinaria indicó que no se realizó un relevamiento de ese tipo. “Pero sí puedo asegurar que no encontramos nada que corresponda a tiempos de la guerra”, afirmó.

Facilitamos al Ing. Fernando Sánchez Ortiz nuestros números de celular, pero no llegaron a comunicarse responsables de la empresa propietaria a fin de explicar eventuales obras de protección en un sitio histórico.

Al costado del futuro depósito de Unilever se encuentra una fábrica de colchones, también instalada en el sitio donde estuvieron las trincheras.

La fragilidad de nuestras leyes de protección histórico-cultural permite la degradación de espacios que forman parte de nuestra memoria como pueblo.

Unilever podría tener en sus manos una oportunidad para levantar un monumento que recuerde una heroica batalla. Del mismo modo, el Estado tiene la obligación de preservar espacios que son caros a nuestro sentimiento de paraguayos.

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